Diario de León

La colaboración que mantienen las pedanías de ambos pueblos permite celebrar los actos

La campana de la iglesia anuncia el inicio de la fiesta en honor del arcángel

Una peculiar quinta que reúne a los nacidos en tres años distintos colabora con la organización

El repique de la campana mayor anunció esta noche pasada el inicio de las fiestas en Soto y Alcaidón

El repique de la campana mayor anunció esta noche pasada el inicio de las fiestas en Soto y Alcaidón

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Alberto Domingo - la bañeza
León

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Un año más se acerca el final de septiembre y el último fin de semana servirá para honrar al patrón de Soto de la Vega y Alcaidón, san Miguel Arcángel. Lo cierto es que la fiesta corresponde al día 29, junto a san Gabriel y san Rafael, pero se prefiere el sábado y domingo para honrarle con el fin de que se puedan juntar todos los hijos del pueblo que sea posible. La fiesta de san Miguel la organizan, como es tradicional, los quintos del pueblo, si bien la despoblación ha llevado a que se hayan unido los nacidos en tres años diferentes (83, 84 y 85) para conseguir un grupo que trabaje como una comisión de fiestas. Así que los seis de la peculiar quinta trienal han trabajado en conseguir algún dinero y organizar actos para continuar con las costumbres de Soto y Alcaidón. 500 euros han conseguido vendiendo espacios publicitarios del cartel festivo, gracias al apoyo de empresarios del pueblo y de la comarca. El grueso del presupuesto, que en los últimos años viene rondando los 6.000 euros, los aportan las pedanías -en especial la de Soto, porque cada una paga en razón de los habitantes que tiene- y se destinan, fundamentalmente, a la contratación de orquestas y otros actos como el teatro del domingo por la tarde. San Miguel Arcángel llega a Soto de la Vega con el tradicional repique de campanas de la media noche, también a cargo de los mozos y las mozas, ayudados por algún paisano que se apunta a voltear la campana grande de la iglesia de forma manual. Para hacerla girar y girar son necesarias tres personas, que suben a lo alto de la espadaña y deben contar con el correspondiente relevo. No hay más ayuda para el volteo que la fuerza de los brazos aplicada al yugo de la campana -fundida en el siglo XIX- y, aunque no le falta peligro a la tradición, los quintos relatan que nunca ha ocurrido desgracia alguna cuando se ha procedido a anunciar al pueblo la llegada del príncipe de los espíritus celestiales, como le denomina la iglesia. El desayuno Antes de proceder al volteo se engrasa el eje de la campana, para facilitar el giro. Uno de los actos con más sabor -valga la redundancia- para los quintos, al margen de la procesión con el patrón que se celebra a la una de la tarde de hoy, es el reparto de chocolate. A las ocho y media de la mañana, los organizadores de las fiestas, tras la debida preparación, lo reparten desde un carro. Paran en distintos puntos de las calles, a los que acuden los vecinos, para servir el desayuno. Quizá parezca un poco temprano despertar al pueblo a tan temprana hora del domingo, pero hay que tener en cuenta que los chavales aún no se han ido a la cama y llevan un buen tute de juerga en el cuerpo. La fiesta se reanuda antes de comer y terminará en la madrugada del lunes, después de bailar, y con la degustación de una segunda chocolatada sobre las dos de la madrugada, para luego marcharse a dormir, dado que el lunes es día de labor. Colaboración Las juntas vecinales de Soto y Alcaidón no sólo colaboran en la organización de las fiestas, sino también en otros proyectos, como el cementerio municipal, cuyo mantenimiento les corresponde. En Soto, la pedanía ha tenido como principal preocupación de los últimos meses el pago del arreglo del tejado de la iglesia, que se cayó en el 2003, cuenta José Manuel Zapatero, presidente del pueblo. Una actuación con vistas a conseguir unos ingresos extra en el futuro ha sido la plantación de chopos en unos pastos comunales y el principal proyecto que se plantea para el futuro consiste en la construcción de un puente sobre la zaya que divide el pueblo en dos. La finalidad de este paso no es otra que la de que las ovejas puedan cruzar el canal sin tener por ello que transitar por algunas calles del pueblo, lo que ocasiona molestias y suciedad, dice Zapatero. Junto al Órbigo, Soto de la Vega y Alcaidón, dos pueblos de carácter agrícola, se preparan para celebrar las fiestas del arcángel san Miguel, dos jornadas que romperán la monotonía de otros fines de semana en el pueblo.

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