Bajo la manta de supervivencia

El rescate de diecinueve montañeros del Club de Montaña Teleno -once hombres y ocho mujeres, todos mayores de edad- se quedó en un buen susto. Con lo que no contaba el presidente de la entidad deportiva, Óscar Acebes Pozuelo, era con el interés que iba a despertar el suceso en la ciudad ni con la avalancha de llamadas telefónicas que recibió ayer, tras llegar cerca de las dos de la tarde a su casa. La noticia se conoció en La Bañeza por el conductor del autobús, de una empresa de la ciudad, que trasladó al grupo en su excursión, por lo que no extraña que una de las conclusiones que saca del hecho Acebes es, además de que «no hace falta salir de la provincia para encontrar la aventura», que el móvil no es tan necesario: «Ninguno de los quince teléfonos móviles que llevábamos, de distintas compañías, tenía cobertura para llamar a nuestras casas y decirles que estábamos bien». Pese a la imprevista noche a la intemperie, el presidente del club de montaña destacaba ayer el buen trato que recibieron por parte de la patrulla del Greim y el que «en todo momento, el grupo lo tomó con calma. Tras una noche bajo las mantas de superviviencia, a la hora del desayuno seguíamos contando chistes». Luego, tras el rescate, los vecinos de Tolibia de Abajo relataron a los montañeros bañezanos que durante la noche el termómetro llegó hasta los ocho grados bajo cero y que tanto ellos como agentes de los puestos de la Guardia Civil que iniciaron la búsqueda «permanecieron casi toda la noche -o toda la noche, no recuerdo bien-, en vela». Óscar Acebes reconoció que no estaba habían previsto realizar el descenso por la ruta que eligieron. El problema, en su opinión, fue el nutrido grupo que formaba la expedición: «Cuatro o cinco personas hubieran pasado sin problemas, pero tuvimos que montar dos rápeles que nos llevaron bastante tiempo y se nos echó la noche encima», dijo el montañero, que señaló además que el grupo llevaba equipo suficiente para la escalada, así como mantas de supervivencia y comida de sobra como para no pensar la noche del domingo en la necesidad de un racionamiento. La caída de la noche no paró a los diecinueve deportistas en su descenso. Al contrario, continuaron «hasta que vimos que el coche del Greim se acercaba hacia nosotros. Fue entonces cuando decidimos quedarnos quietos, porque podíamos provocar que cayera una roca hacia los guardias». Los dos miembros del Greim que llegaron hasta ellos, sobre las tres y media de la madrugada encontraron a un grupo cansado por el esfuerzo, explicó Óscar Acebes, por lo que la decisión de pasar la noche a la intemperie y en un espacio reducido no fue difícil de tomar. Los montañeros que llevaban casco optaron por dormir con él puesto «por la protección que supone y porque también quita el frío». Aunque lo de dormir no está claro «porque la almohada era un poco dura y el servicio de habitaciones pésimo», ironizó Acebes. El reencuentro Ninguno de los rescatados había volado antes en helicóptero, según el presidente del Teleno. Pero llegar hasta el aparato no era fácil: «El piloto aterrizaba en un saliente con un solo patín y en los últimos metros te ayudaba un miembro del Greim, pero ya no te sujetaba ninguna cuerda». La dificultad echó atrás a una de las montañeras, que descendió de la montaña a pie acompañado por un guardia. En el rescate los montañeros bañezanos se reencontraron con José Escanciano, jefe del Greim, que a finales de noviembre impartió una conferencia dentro de las jornadas de montaña del club.