Universidad y picaresca
La Cátedra de la Calavera
Margarita Torres Sevilla. Ed. Temas de Hoy, Barcelona, 2010. 416 pp.
Escribir una novela picaresca en el Siglo XXI es un reto y una osadía literaria que Margarita Torres acomete con los arrestos que le otorga a la protagonista de su obra Isabel de Vargas. Los dos elementos básicos de la picaresca española del Siglo de Oro están presentes en este libro: la burla y el desengaño. En la obra nada es lo que parece: por sus páginas transitan frailes que no lo son, alcahuetas, rameras, inquisidores, nobles que se mezclan con villanos, corruptos, ambición y ansia de dinero, detrás de las trepidantes acciones de casi todos ellos.
La novela está ambientada en la época de la muerte de Isabel la Católica, con D. Fernando y Juana la Loca intentando en Tordesillas recomponer la pérdida y mantener unidos los reinos de Castilla y Aragón, con Cisneros entretejiendo tramas e intrigas que se ramifican buscando el control de la Universidad de Salamanca. En este marco académico y burlesco dos personas de oscuro origen, y una mujer noble y sabia que ocupa la Cátedra de Nebrija de forma excepcional y transitoria, dan pie para desarrollar una trama de amplio espectro, donde se mueven multitud de personajes secundarios que van dando cuerpo a las intrigas que se entrecruzan con la trama principal. En ella un arca, que ha sido cedida en custodia al Rector de la Universidad, y que guarda arcanos y misteriosos mapas, es el objeto de deseo pues su posesión dará conocimientos y poder a quien conozca su contenido. Los ingredientes de misterio se añaden con oscuros asesinatos firmados por un «víctor» y con el origen bastardo de uno de los protagonistas.
La acción transcurre en la universidad salmantina y en el libro se muestra un gran conocimiento de sus características, de su funcionamiento, de sus peculiaridades, de sus usos y costumbres, de los privilegios del rector y del maestrescuela, de las cofradías de estudiantes y del acceso a la licenciatura. También hay lances de estudiantes espadachines, adictos a la mancebía con sus secuelas y contagios, así como intervenciones del Santo Oficio. Existen varios guiños a lo leonés, en el origen de uno de los protagonistas, emparentado con los Pimentel y con el Conde de Benavente. La autora aprovecha además los ingredientes picarescos de la novela para hacer una hermosa reivindicación de la dignidad y de la valía académica y personal de la mujer en una época en que serlo era una limitación de gran calibre. Varias tramas amorosas con matrimonios impuestos, amores imposibles y otros, recorren también las páginas del libro con desigual suerte, aunque la bondad se ve recompensada al final.
Es un gran libro de acción, de amena lectura y de gran rigor histórico en los hechos referidos, con buena documentación, dominio de los recursos literarios, imaginación en la trama y agilidad narrativa, lo que convierte su lectura en deleite permanente.