Diario de León

Carla Antonelli revisa su vida en una biografía: «Desgraciadamente aprendí a hostias». La política publica sus memorias, en las que no se guarda casi nada y traza, junto al escritor Marcos dosantos, el relato de las vidas que han cabido en sus 64 años.

Carla Antonelli: «Desgraciadamente aprendí a hostias»

La política Carla Antonelli publica sus memorias. «Hay cosas que jamás había contado», confiesa

La política Carla Antonelli

Publicado por
Violeta Molina
León

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R echazo, exilio, pobreza, violencia, suicidio, depresión, hambre... La vida de Carla Antonelli ha estado plagada de dolor, ella misma reconoce que aprendió «a hostias», pero defiende en sus memorias que el viaje mereció la pena, incluso lo más terrorífico e ingrato, y que el eje de su vida ha sido la coherencia.

«Desgraciadamente, yo aprendí a hostias en la vida: las hostias que me dio la policía, las hostias virtuales que me dio el rechazo, que me diera la espalda toda una parte de la familia... Yo me siento muy orgullosa de todo lo que he vivido, por muy terrible que hubiese sido. Sin eso, no sería la persona que soy hoy» explica en una entrevista con Efe la primera parlamentaria trans de España. La política publica sus memorias, Carla Antonelli. La mujer volcán (editorial Plaza&Janés), en las que no se guarda casi nada y traza, junto al escritor Marcos Dosantos, el relato de las muchas vidas que han cabido en sus 64 años: la incomprensión familiar y social, escaparse de casa en la adolescencia, verse obligada a prostituirse, un intento de suicidio, los inicios de su hormonación, la noche madrileña, la muerte de seres queridos en la epidemia de sida, la violencia de género, su carrera de actriz, su activismo, su convulsa participación en la política...

«Hay cosas que nunca jamás había contado. Yo soy mucho de desnudarme virtualmente de sentimientos, porque actoralmente aprendí que llorar en público es sanador. Esto ha sido ir un paso más allá, hablar desde el estómago», explica a Efe.

Asegura Antonelli (Güímar, Tenerife, 1959) que «poder seguir dibujando horizontes posibles» ha sido el motor de su vida, lo que le permitió huir de su pueblo siendo apenas una niña, salir de una depresión profunda que la llevó al «momento crítico» de querer quitarse la vida. «Es el camina o revienta que decía El Lute», afirma.

Una vida de lucha

Su vida ha sido y es una batalla por la identidad. Rechazada para siempre por algunos familiares, no pudo acudir al entierro de su padre, durante décadas no pudo pisar su pueblo y no fue hasta superar los 50 años que su madre se sintió orgullosa de ella.

«La no asistencia al entierro de mi padre era una cosa casi insuperable», cuenta. Cuando falleció su madre la enterraron junto a los restos de su padre y ser testigo de aquello permitió a Antonelli cerrar «un periplo» determinante. «Mi madre siempre me tuvo, de alguna manera, nunca me repudió. Hubo repudios de no ir, de no estar, que dolían horrores, pero al final todo eso se venció. Yo pude regresar a mi pueblo, terminé siendo pregonera de las fiestas, terminé con una calle a 20 metros de la casa que fue el primer hogar donde yo soñé. La Virgen del Socorro pasó el año pasado por la calle Carla Antonelli. Quién me iba a decir esto, ni soñarlo», continúa.

Antonelli se define como «superviviente». «¿Es ser una heroína haber atravesado el franquismo, el tardo franquismo, el hambre, las ganas de quitarte del medio? Diría que es instinto de supervivencia, que lo debo tener muy pronunciado».

Su trayectoria política, vinculada durante mucho tiempo al PSOE, también ha sido convulsa y ha conocido el «fuego amigo». En 2006 retó al partido, llegando a anunciar que se pondría en huelga de hambre, para forzar la primera ley de identidad de género en España (que permitía por primera vez cambiar el nombre y el sexo a las personas trans con condiciones). En 2022 decidió abandonar la militancia socialista por sus desavenencias con la tramitación de la ley trans. Hoy, es senadora por Más Madrid.

«Yo fui, soy y seré socialista, moriré socialista. Para ser socialista no hace falta militar en el Partido Socialista. El PSOE siempre tendrá mi respeto, por toda la vida, sigo teniendo cientos de amistades», resume. Pero entregó su militancia como «último esfuerzo» para contribuir a desatascar la ley y por el gran desencuentro con algunas personalidades de su partido.

Está convencida de que la ley trans se aprobó porque el presidente Pedro Sánchez «dio los manotazos que debió dar encima de la mesa» y así «no venció el lado oscuro» de la transfobia que ha «deshumanizado» a las personas trans y las ha utilizado para generar división en el feminismo. «Todo esto fue una cuestión creada, se creó un problema donde no existía para poder liderarlo y vivir luego de él. Con esta bola de nieve han convencido a personas de que las mujeres trans somos un peligro para las mujeres. (...) Lo que han hecho ha sido coger casos para criminalizar a todo un colectivo y enviar una imagen distorsionada. Realmente sólo había un problema, no nos vamos a engañar, y es que en 2019 se crea un nuevo Ministerio de Igualdad con Irene Montero al frente y hay un conflicto de intereses, una guerra enfrentada», señala. Antonelli es crítica con Carmen Calvo, Ángeles Álvarez y Amelia Valcárcel. «Soy optimista, esto pasará. La vida pone a cada uno en su lugar. La realidad es que al final hay ley trans, que esa señora (Calvo) ya no es vicepresidenta y que ya no tiene nada que ver con el poder legislativo», zanja.

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