Agua, ese bien escaso
El invierno fue el más seco de los últimos 70 . años y no parece que la cosa vaya a mejorar.
Vista del pantano de Barrios de Luna, en los últimos días.
El Día Mundial del Agua, que hoy se conmemora, llega este año después de uno de los inviernos más secos que se recuerda. Tanto que hace que ese bien tan preciado que es el agua se haya convertido, hoy más que nunca, en algo de primera necesidad.
Los meses de diciembre, enero y febrero y lo que va de marzo, o lo que es lo mismo los más fríos del año, han sido los más secos que se recuerdan en los últimos 70 años. Tanto que, según la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) este invierno está resultando especialmente seco. Hay que remontarse hasta los años 40 del siglo pasado para encontrar unos meses tan poco lluviosos.
Las consecuencias se han hecho especialmente visibles en León, en forma de incendios, más de 6.000 hectáreas quemadas desde enero en 214 fuegos dan una idea de la gravedad del problema, y en el campo. Los agricultores aseguran que si no llueve de manera abundante, los cultivos de secano estarán seriamente comprometidos y habrá restricciones para la siembra de los de regadío.
Que ha sido un invierno atípico en cuanto a la ausencia de precipitaciones lo corroboran datos como que en términos generales, en la Comunidad se está por debajo del 50% de las precipitaciones normales, en función de los índices de pluviosidad medios establecidos para los meses de diciembre, enero y febrero entre los años 1971 y 2000. Según los datos que maneja la delegación en la comunidad de la Aemet, Soria, León, Zamora y Salamanca son las cuatro provincias más castigadas, mientras que las lluvias tan sólo han sido benévolas con el norte de la provincia de Burgos, que también se encuentra por debajo de los valores habituales.
Pero los datos de León son especialmente reveladores. Según la media (1971—2000), en la provincia se recogían 174 litros por metro cuadrado, mientras que en los últimos tres meses la media ha sido de 17,6 litros por metro cuadrado; esto es, ha llovido tan sólo un diez por ciento de lo habitual, según Aemet. Todo esto se traduce en unos datos de agua embalsada realmente inquietantes y en la necesidad, hoy más que nunca, que controlar el gasto diario de agua, un bien cada vez más escaso y que es necesario restringir el uso que de ella se hace.