Diario de León
Toda una evocación… el atuendo de las modelos y las formas del milquinientos.

Toda una evocación… el atuendo de las modelos y las formas del milquinientos.

Publicado por
J. F. Z.
León

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Si de ADN hablamos… en el ancestral Seat 1500 muy bien podría estar el origen de «todo»; de «todo» cuanto se refiere a motorización en nuestro país, con la Sociedad Española de Automóviles de Turismo como telón de fondo.

Coche de lujo —bajo «licencia Fiat»— en los albores de los sesenta y estilísticamente inspirado en los modelos americanos de la época, el milquinientos (pónganle caracteres «alargados enlazados» y tendrán el anagrama en la tapa de la guantera… metálica, ¡por descontado!), originariamente monofaro y posteriormente bifaro; volante de dos radios… ¡así de grande!... y con aro central para la bocina -que solía «quebrarse» con tanta asiduidad como «exasperación» acompañase al conductor-; palanca de cambios (4 velocidades… claro) situada en la columna de dirección y freno de mano, «de camión», situado bajo la tal columna y que se accionaba «en paralelo» al suelo del coche (había «que echarle…» para manejarlo, también es verdad que uno era muy chaval cuando «enredaba» en el milquinientos paterno); butacones corridos delantero y trasero… seis plazas. Eso, por no hablar de los neumáticos con banda lateral… blanca, toda una evocación.

Como el cuatro cilindros longitudinal, de «1.500» centímetros cúbicos y 72 CV que aún conseguía mover a 140 por hora los 1.135 kilos de milquinientos… si «había» carretera para ello y 10 litros de consumo medio.

A finales de la década (1969), se incorporaba el motor diésel de 45 CV (origen Mercedes, también el traqueteante Perkins), que reducía el consumo (también las «prestaciones» a 103 Km/h.) por debajo de los 7 litros (6,9 apuntaba la homologación oficial); poco después llegaría el diésel de 55 CV (y 130 por hora), versiones muy apreciadas entonces por los profesionales «del volante» (taxistas, viajantes…) que veían, y encontraban, en el milquinientos el coche ideal por lo que ofrecía de comodidad y solidez, ya se sabe que, de aquella, los coches se arreglaban con unos alicates… y un rollo de alambre.

El milquinientos saldría de catálogo en 1972, con 134.766 unidades en su haber y un amplio abanico —para la época— de versiones «oficiales» —por no hablar de las realizadas por carroceros privados—, entre las que se contaba el Familiar de 8 plazas, con asiento plegable y escamoteable «a contra marcha» en el piso del maletero, como en los «modernos» monovolúmenes actuales; nada nuevo bajo el sol… vamos.

En fin, «puede» que considerar hoy al secular 1500 como antecesor directo en la línea sucesoria de los nuevos Seat Toledo y Skoda Rapid les resulte excesivo, aunque tampoco me negarán que… «algo» de ello hay y que, quien más y quien menos, «pudo» montarse alguna vez en milquinientos.

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