Desde la base hasta la cúpula

|||| Tras diez presidentes varones, en el 2000 Halonen se convirtió en la primera fémina que ostenta la presidencia finlandesa y la séptima que alcanza ese rango en una república europea, después de Vigdis Finnbogadotir (Islandia, 1980), Agatha Barbara (Malta, 1982), Mary Robinson (Irlanda, 1990), Mary McAleese (Irlanda, 1997), Ruth Dreifuss (Suiza, 1999) y Vaira Vike-Freiberga (Letonia, 1999). El mandato de Halonen concluye este invierno, pero todo indica que los socialdemócratas pueden repetir, si bien el cargo ha sido vaciado de contenido en la nueva constitución y se caracteriza por su carácter protocolario, más propio de un monarca que del jefe de un Estado republicano. La abogada Halonen, que en 1996-2000 fue ministra de Asuntos Exteriores, es «una persona normal», insiste ella, inició su carrera política militando en la Unión Nacional de Estudiantes, luego centró su labor en la defensa de derechos laborales como letrada de plantilla de la Central de Sindicatos Finlandeses y acabó ganándose el respeto de miles de electores cuando ostentó la concejalía de Asuntos Sociales en el municipio de Helsinki.