Diario de León

La Estación del Hullero Asumible... el «capricho»

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J. F. Z. - J. LESMES | texto
León

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|||| Pocos enclaves capitalinos tan nostálgicos, y sugestivos, como la Estación de Matallana, la del Hullero, la del Tren de La Robla... tan remodelada hoy, y tan coqueta, como la «réplica» que Fiat ha hecho de su preciosista 500. Coche y ferrocarril unidos en la nostalgia... incardinados en la tecnología. AGRADECEMOS a la Dirección-Gerencia de FEVE en León las facilidades dadas para la realización fotográfica, sin cuya inestimable colaboración no hubiera sido posible el presente reportaje. Con la niebla a pie de andén, en una fría mañana de diciembre, el calor lo pusieron cuantos nos ayudaron... sólo faltó una humeante olla ferroviaria ; otra vez será, seguro. ¡Gracias y buena ruta!. |||| Hay quien sostiene que la vuelta al pasado, en los trazos del actual 500, no es más que una falta de «imaginación constructiva» en el actual devenir de la industria automotriz. Aún más, hay incluso quien asevera que la del 500 no es si no la operación de marketing al uso remake a la que, últimamente, se han venido sumado otros fabricantes: VW con el New Beetle (el nuevo «Escarabajo»), Chrysler con el PT Cruiser, BMW con el Mini... Bueno, cada cual es muy dueño. Les propongo un reto: admírenla de cerca, pónganse al volante de la piccola , rueden un par de kilómetros y, después... ya me dirán quien se «atreve» a bajarles del coche. Dígase lo que se diga, una cosa está clara: el 500 carece de competidores. Salvo el Mini, que también tiene -también es legítimo- sus adeptos que, tampoco se olvide, deben estar dispuestos a desembolsar 20.000 euros como mínimo, la piccola cuesta por debajo de 15.000 -que también es para pensárselo-. Y otra cosa. Su amplio abanico de opciones permite al comprador elegir un «coche a la carta»: 4 acabados, 3 motores, 12 colores (entre los que se cuentan 6 tonos «vintage» que recuerdan a los de los años 50-60), 15 interiores, 9 tipos de llantas, 19 «stickers» de personalización y así... hasta medio millón de posibles combinaciones. El desembolso inicial se olvidará tan rápido como se produjo. No sólo por los 5 años de garantía o 500.000 kilómetros, también porque tan abultada garantía contempla incluso la recogida del coche a domicilio, sin necesidad de desplazarse al concesionario, una fórmula más propia de un lujoso alto de gama que de un utilitario. Eso, por no hablar del completo equipamiento de serie que nos propone el 500: 7 airbag, frenos con ABS y asistencia a la frenada EBD, cierre centralizado y elevalunas eléctricos, etc. Eso sí, el ESP es opcional, aunque sus asequibles 200 euros tampoco suponen ningún freno económico. El Lounge, el acabado más alto de la gama, ofrece además el automatismo del limpiaparabrisas, faros de niebla y radio con CD/MP3 con puerto USB y «Blue&Me». Y esto es sólo el principio... El apellido Abarth, de momento sólo como una opción estética, trufará en 2008 la versión más drástica del 500: 135 CV que, gracias al turbo con doble intercooler, aporta el doble de potencia que la actual versión de acceso a la gama. Aunque todavía está por definir la potencia «auténtica» que tendrá ese 500 Abarth, puesto que hay rumores de que podría subir hasta los 150 CV e incluso 165 CV (¡) con lo que la piccola pasaría de simple utilitario a todo un auténtico GTI de carreras ... como tantas veces en la trayectoria del ilustre apellido del austriaco Carlo, cuya historia comenzó en 1949, aunque tendría que pasar casi una década (1958) hasta que Carlo Abarth firmase una transformación sobre el primitivo Fiat 500. Aunque el aspecto estético del nuevo 500 Abarth es todavía una incógnita, tampoco resulta difícil aventurar que su carrocería adoptará los aditamentos propios del que se ha convertido ya, y desde hace décadas, en preparador de culto en Fiat y que recordará, más si cabe, aquellos 500 Abarth de los sesenta: prominente faldón delantero con generosa toma de aire sobre la matrícula, tomas de aire para el intercooler y el radiador de aceite, salidas de aire sobre el capó delantero, prominentes aletines que podrían alojar llantas de 16 pulgadas, deflectro aerodinámico trasero, doble salida de escape. Mientras en el interior se respirará ambiente racing : volante deportivo, asientos anatómicos, pedalier en aluminio perforado... El 500 Abarth seguirá fabricándose, como las demás versiones de estricta serie, en la fábrica de Polonia, aunque los kits específicos de Abarth se montarán en Turín. También, como antaño, la carrocería Giardiniera (familiar) tendrá su versión en la nueva gama 500: se amplía el voladizo zaguero del coche, con el consiguiente aumento de habitabilidad en las plazas traseras habida cuenta que la altura de techo se mantiene constante. Habrá un 500 Transformabile, es decir, un descapotable con -¡por descontado!- capota de lona accionable eléctricamente y que, al parecer, abrirá incluso hasta la luneta posterior... como el ancestro. Lo que sí parece descartada es una versión 500 4x4, para no canibalizar ventas al Panda del que, como se sabe, toma su base estructural. La gama dispondrá también de un par de motores bicilíndricos: SGE Multiair de 900 c.c. y potencias de 65 y 105 CV.

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