Un refugio en el monte perdido

El Parador de Bielsa, situado en la vertiente oriental del Parque Nacional de Ordesa, ocupa un edificio de severa construcción realizado en 1967, un acogedor refugio de montaña, que colgado en el circo glacial de prados y cascadas de agua -”junto al nacimiento de río Cinca-” propicia la visita al Pirineo además de una cálida sensación de bienestar, paz y sosiego.

El aire puro de los Pirineos y del Monte Perdido, las limpias aguas del río Cinca o la tradición presente en la ermita románica de Nuestra Señora de Pineta rodean a un majestuoso parador cuyas recientes obras han ampliado en diez las habitaciones disponibles. Estancias a las que no se le escapa ningún detalle y que se amoldan a las necesidades de cada cliente, que se encontrará habitaciones dobles con salón, dúplex o suite, entre otras.

Musealizando

Los suelos de pino, las alfombras, vigas en los techos, objetos de forja y paredes forradas de madera, donde se cuelgan telas de -œPetit Point- adecuadamente enmarcadas, que representan motivos florales, sin olvidar alguno de los más notables óleos de la mano del pintor de la zona Beulas, o el nuevo fresco pintado en el hall de entrada que representa un paisaje de la zona, encajan a la perfección con el plan de Paradores de musealizar todos sus hoteles.

Cocina del Alto Aragón

Bielsa ofrece unas hermosas vistas de este bello enclave natural, además de una estupenda cocina típica del Alto Aragón, recia y bien condimentada, resultan sencillos pero sabrosos platos como las migas aragonesas, la trucha del Cinca a lo fino, el ternasco asado, o los guisos de jabalí.

Si buena es la oferta gastronómica, nada tiene que envidiar la oferta de actividades propuesta por el Parador, que permitirá a los amantes de la naturaleza disfrutar de un verdadero balcón en pleno pirineo.