Posada acaba con la costumbre de cerrar las puertas del hemiciclo en las votaciones

El presidente del Congreso, Jesús Posada, ha decidido poner fin a la costumbre de ordenar a los ujieres que cierren las puertas del hemiciclo durante las votaciones que tienen lugar en cada sesión plenaria. Con su nueva doctrina, los diputados podrán entrar entre votación y votación y participar en aquellas a las que lleguen a tiempo. Así lo ha comunicado el presidente de la Cámara durante la reunión que ha mantenido este martes la Junta de Portavoces, según han informado a Europa Press asistentes a ese encuentro.

Posada ha admitido que los diputados que no lleguen a tiempo al inicio de las votaciones y tengan que entrar una vez iniciadas éstas podrán pasar un poco de "vergüenza" en el intervalo de tiempo que tarden en sentarse en su escaño, pero considera que esto es preferible a quedarse al margen de todas las votaciones.

Además, con esta nueva fórmula se evitarán las imágenes de diputados empujando las puertas del hemiciclo intentando entrar en el Salón de Plenos. Una de estas escenas tuvo lugar en diciembre de 2010 cuando, después de que el entonces presidente del Congreso, José Bono, mandase cerrar las puertas para la votación y una treintena de parlamentarios tuvieron que quedarse en el pasillo.

La decisión de Bono ha sido bien acogida por todos los grupos, ya que facilitará que los parlamentarios puedan sumarse a las votaciones aunque éstas ya hayan empezado, lo que tiene especial importancia sobre todo en aquellas que se prolongan durante bastantes minutos, como ocurre con las de los Presupuestos Generales del Estado o las relativas a las resoluciones del Debate sobre el estado de la Nación.

ECHAR EL PESTILLO

La orden a los ujieres de echar el pestillo de las puertas del hemiciclo una vez finalizada la llamada a votación que se puede escuchar en las distintas dependencias parlamentarias es una tradición del Congreso, pero el hecho de quedarse fuera cobró mayor importancia desde que, en 2004, comenzaron a agruparse las votaciones.

Hasta entonces las iniciativas se votaban justo después de debatirse con lo que, si no llegaban a tiempo, los diputados sólo se perdían una pero, con la llegaba del socialista Manuel Marín a la Presidencia del Congreso, las iniciativas comenzaron a votarse por bloques según el tipo de texto de que se tratase (proposiciones de ley, no de ley, mociones, proyectos de ley, etc...).

En la legislatura pasada, con Bono al frente de la institución, volvió a cambiarse el método y las votaciones se pasaron al final de cada sesión una vez finalizados todos los debates. Posada ha mantenido ese sistema, pero ha optado por flexibilizar la norma sobre el cierre de puertas para facilitar que, aunque lleguen tarde, sus señorías puedan al menos, apretar el botón para pronunciarse sobre algunas iniciativas.