La inmersión lingüística pasa la reválida del Tribunal Superior catalán
El alto tribunal avala el catalán como lengua vehicular, aunque reconoce excepciones.
Una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) avaló ayer el modelo de inmersión lingüística, vigente desde hace 30 años. Por tanto, todo seguirá más o menos como hasta ahora en las escuelas públicas y concertadas de Cataluña. Es decir, el catalán continuará siendo la lengua vehicular en la enseñanza y el castellano se impartirá dos o tres horas a la semana, como el resto de las materias.
La resolución del alto tribunal catalán reconoce, no obstante, el derecho de tres familias que recurrieron al Supremo a que el castellano se emplee también como idioma para enseñar otras asignaturas de sus hijos. Aunque el fallo podría abrir la puerta a más recursos, esta excepción con el español ya está contemplada en las leyes educativas de Cataluña, según recordó ayer el president Artur Mas. Es lo que el Departamento de Educación denomina atención individualizada en castellano y consiste en que el alumno disponga de los materiales educativos en español y el profesor se dirija a él en este idioma. Esta opción fue elegida por sólo 500 familias al principio de este curso, sobre un total de más de un millón de alumnos.
1397124194 Largo proceso. El origen de la sentencia del TSJC conocida este jueves se remonta a 2006, cuando tres familias reclamaron ante los tribunales que el castellano tuviera más peso en la educación de sus hijos, teniendo en cuenta que el catalán es el único idioma de transmisión de conocimientos en Cataluña, a diferencia del País Vasco, por ejemplo, donde conviven tres sistemas lingüísticos escolares. Así, y amparándose en la sentencia del Constitucional sobre el Estatut, el Supremo dio la razón a las tres familias y afirmó que el castellano no debe estudiarse sólo como una asignatura más, sino que tiene que ser lengua vehicular. La Generalitat siempre interpretó que el fallo del Supremo se refería a los tres casos particulares, hasta que en julio de 2011 el TSJC dictó un auto en el que le daba dos meses para poner en marcha cuantas medidas fueran precisas para adaptar el modelo de inmersión lingüística. El auto cayó como una bomba de relojería en la sociedad catalana, siempre muy sensible con todo lo que se refiere a la lengua. Ahora, en cambio, el TSJC no cuestiona el modelo de inmersión, porque entiende que no es su labor juzgar el sistema, que quien tiene que hacerlo es el Supremo.
La Generalitat se felicitó ayer por la sentencia, porque el sistema queda «preservado» y «no está cuestionado». «Estamos donde estábamos y no nos moveremos de aquí», dijo Artur Mas. Las tres familias denunciantes, a través de la asociación Convivencia Cívica Catalana (CCC), anunciaron que recurrirán el auto del TSJC porque consideran que se incumple la sentencia del Supremo.
Reacciones. Una amplia mayoría de los partidos catalanes, con la excepción del PPC y de Ciutadans (C’s), celebraron ayer la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña que avala el modelo de inmersión lingüística en catalán en la escuela, con atención personalizada en castellano.
El presidente del grupo de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran Lleida, ha considerado en su cuenta de Twitter, a falta de conocer la «letra» de la sentencia, que ésta da el visto bueno al modelo vigente y se limita a pedir «algo que ya es así ahora»: hacer excepciones cuando se soliciten. También ha celebrado la sentencia del TSJC el diputado del PSC Dani Font, quien ha considerado que el modelo de inmersión garantiza «la paz lingüística» en Cataluña.