Diario de León

Urdangarín falseó un proyecto para levantar un imperio inmobiliario

Quería levantar 5.800 viviendas en la Albufera y trató de engañar a González Pons.

Iñaki Urdangarín abandona los juzgados de Palma tras prestar declaración en febrero como imputado.

Iñaki Urdangarín abandona los juzgados de Palma tras prestar declaración en febrero como imputado.

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Melchor Sáiz-Pardo| madrid
León

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Sólo dos meses después de la orden de La Zarzuela para que abandonara el Instituto Nóos y las actividades empresariales, Iñaki Urdangarín trató de desembarcar en el negocio inmobiliario, pero a escala descomunal. El duque de Palma no tuvo reparos en falsear información para tratar de conseguir el que podría haber sido uno de los mayores negocios urbanísticos de los últimos años en el Levante español con miles de millones de por medio.

El yerno del Rey, en junio del 2006 y como representante de Nóos, intentó engañar a la Generalitat valenciana para construir tres gigantescas urbanizaciones en dos espacios protegidos de la comunidad, el Parque Natural de la Albufera y el Parque Fluvial del Turia. El interrogatorio judicial del juez José Castro al entonces consejero de Territorio y Vivienda, el hoy diputado del PP Esteban González Pons, ha dejado al descubierto el intento de engaño por parte de Urdangarín.

Según su declaración ante el instructor del sumario Nóos, confirmada después por diversas fuentes del caso, González Pons frenó la ensoñación urbanística de Urdangarín, pero ni siquiera el entonces consejero llegó a imaginar lo que tramaba el yerno del Rey porque ocultó el verdadero alcance de su proyecto, que pasaba por urbanizar buena parte de las joyas ecológicas al sur de Valencia.

No se anduvo con rodeos

Todo ocurrió el 7 de junio de 2006. González Pons había tomado posesión como consejero de la Generalitat solo una semana antes. En su agenda, encontró anotada una cita con Urdangarií cerrada por su antecesor en el cargo y ahora imputado en una causa de subvenciones irregulares, Rafael Blasco. Junto al duque de Palma apareció el polémico constructor Enrique Bañuelos.

Iñaki Urdangarín no se anduvo con rodeos y propuso a González Pons directamente la «desprotección» de La Albufera y la «recalificación» de parte del suelo del parque para que fuera urbanizable.

A cambio, el presidente del Instituto Nóos, se presentó como tal a pesar de que sobre el papel había abandonado el cargo, proponía la limpieza del humedal. En ese encuentro, Urdangarín, según las actas judiciales, sólo habló de construir un puerto deportivo para albergar los proyectados, y luego fallidos, Juegos Europeos del Mediterráneo y un campo de golf.

Cinco minutos

La reunión apenas duró cinco minutos. Esteban González Pons rechazó siquiera plantearse la recalificación de La Albufera o levantar la protección al espacio. Argumentó que era imposible limpiar la zona porque la gran concentración de plomo —proveniente de perdigones de caza— hacía no recomendable remover tierras. Y recordó al duque de Palma que ya había un campo de golf en la zona, el del parador de El Saler, y que también existía ya un puerto deportivo.

El consejero emplazó a ambos a una nueva reunión para estudiar la posibilidad exclusivamente de un segundo puerto, pero siempre que Valencia consiguiera hacer unos Juegos Europeos. El encuentro no terminó de forma excesivamente cordial por la negativa tajante de la Generalitat a urbanizar un solo metro de La Albufera, y eso que Urdangarin ocultó en esa reunión su faraónico proyecto real, que era muchísimo más ambicioso que un puerto y un campo de golf.

Según la documentación remitida al juez Castro, Nóos y la denominada Fundación Metrópoli, relacionada con Bañuelos, querían en realidad edificar viviendas y comercios en una superficie de 365.000 metros cuadrados, o lo que es lo mismo el equivalente a 36 campos de futbol.

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