Diario de León

Populares y socialistas creen que Mas pisa el freno tras el ‘no’ del Congreso

El Gobierno avisa al presidente de la Generalitat de que la ley no puede perder nunca.

El presidente Artur Mas durante una de sus intervenciones en el Parlamento de Cataluña.

El presidente Artur Mas durante una de sus intervenciones en el Parlamento de Cataluña.

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cristian reino | barcelona
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PP y PSC consideran que Artur Mas está empezando a pisar el freno. Después de que el presidente de la Generalitat afirmara el jueves por la noche en TV-3 que es necesario trabajar en una solución para la cuestión catalana que sea positiva para todo el mundo -tanto para Cataluña como para el resto de España- y en la que al final del proceso soberanista no haya «vencedores ni vencidos», populares y socialistas catalanes interpretaron ayer que el presidente de la Generalitat está moderando su discurso tras el portazo del Congreso al referendo secesionista.

Ha abandonado posiciones de máximos, descifró la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez Cámacho. Apunta a una «voluntad de rectificación», coincidió el portavoz del PSC en el Parlamento catalán, Maurici Lucena. La dirigente del centro-derecha valoró «muy positivamente» que Mas se haya dado cuenta de que su proceso «está abocado al fracaso y que con esta situación perdemos todos, los catalanes y el resto de españoles». Los socialistas destacaron que Mas no habló en su entrevista televisiva de vías unilaterales, sino que reconoció de manera «tácita» que el diálogo es la única vía para conseguir la consulta. Lucena confió además en que el «gesto» del jefe del Ejecutivo catalán pueda materializarse en las próximas semanas.

En su aparición en la televisión pública catalana, el presidente de la Generalitat, además, dio un toque de atención a la influyente Asamblea Nacional Catalana, a la que recordó que quien toma las decisiones son las instituciones. Pero lo que sobre todo dio pie a socialistas y populares a atisbar una cierta enmienda en sus palabras fue que casi dio por descartada la vía de la declaración unilateral tras la consulta o las elecciones plebiscitarias y que rebajó un par de grados la euforia de los más independentistas, a los que advirtió de que la separación de España no se producirá el 10 de noviembre -si hay consulta- o después de los comicios autonómicos. «El resultado no debe ser ejecutable en 48 horas. Será un mandato para sentarse, negociar y buscar la manera en la que todo el mundo salga ganando», dijo Mas, que introdujo un nuevo concepto en la estrategia negociadora para poder celebrar la consulta: «Win-win». Esta expresión anglosajona, más común en el mundo de los negocios, viene a concluir que en un proceso negociador se debe buscar que el acuerdo satisfaga a ambas partes, que todo el mundo salga ganando y nadie pierda, como dijo Mas.

Lo que está por ver, y eso ya no lo aclaró, es cómo se traduce esta expresión económica en el proceso catalán, porque para que España gane debería mantenerse la unidad del Estado, pero en cambio para los soberanistas no puede haber un resultado óptimo sin el nacimiento de uno nuevo. «Cataluña no puede pretender que al final del proceso aparezca como vencedora de todo frente a una España derrotada, y España no puede pretender que esto acabe con una Cataluña derrotada y una España victoriosa», sintetizó Mas.

Oferta seductora

Desde Iniciativa interpretaron que el presidente de la Generalitat está ofreciendo una salida al Gobierno central para que haga una oferta seductora. De hecho, CiU, sobre todo su portavoz en Madrid, Josep Antoni Duran Lleida, lleva tiempo reclamando una tercera vía, en la que Cataluña encontraría un encaje dentro de España a través de una reforma constitucional o una disposición adicional que reconociera la singularidad catalana y blindara competencias en materia económica y cultural. Mas quizá renuncie a la independencia, pero no a la consulta.

La respuesta del Ejecutivo de Mariano Rajoy, en cualquier caso, fue casi de manual. «La ley no puede perder nunca», replicó la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría. La portavoz gubernamental dejó claro que de momento, en lo que se refiere a la cuestión catalana, el Ejecutivo central no piensa moverse ni un milímetro de su posición inicial: si Mas quiere emprender el diálogo lo que tiene que hacer es aparcar el referéndum. «No podemos dialogar sobre una propuesta que es ilegal, no se trata de ganar o perder», afirmó Sáenz de Santamaría, que recordó al dirigente convergente que el Constitucional y el Congreso de los Diputados ya han rechazado la posibilidad de celebrar el referéndum.

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