Feijóo se arma con las gallegas para dar la estocada a Sánchez en las europeas de junio

«Esta victoria es la mayor prueba de confianza que nos han dado los españoles en el momento más importante de la democracia». Es la reflexión que Alberto Núñez Feijóo hizo el martes ante los dirigentes territoriales del PP sobre el resultado electoral en Galicia. Un triunfo incontestable que supone un fuerte espaldarazo para el líder nacional, que decidió convertir los comicios en un plebiscito sobre la amnistía y la política de pactos de Pedro Sánchez para mantenerse en la Moncloa, y que los socialistas ciñen en «clave autonómica y territorial». «No son la segunda vuelta del 23-J», señalan.

En Génova, en cambio, la lectura es otra. Creen que el resultado arrojado por las urnas «clama por una forma de gobernar distinta» y dan por abierto un nuevo ciclo político. El optimismo sobre una legislatura que no llegará a buen puerto se ha multiplicado desde el domingo y la dirección del PP busca poner el foco en el siguiente capítulo electoral para asestar un golpe definitivo a Sánchez al que ven «acorralado» por el desplome del PSOE, la falta de acuerdo con Junts sobre la ley de amnistía y el ‘caso Koldo’, la trama de presuntas mordidas en la venta de mascarillas en el peor momento de la pandemia que cerca al exasesor del exministro José Luis Ábalos. «El Gobierno está bloqueando e intentando coger un anzuelo», señalan en la cúpula.

Rebajar la euforia

Los conservadores esperan mejorar resultados en el País Vasco, donde aspiran a pasar de 6 a 9 escaños para volver a ser claves como en 2016 cuando el PNV no obtuvo la mayoría absoluta y tuvo que pactar las cuentas de los dos primeros años con el PP de Alfonso Alonso. En el partido en Euskadi creen que el margen de transferencia de voto como ha pasado en Galicia es «escaso» pero sí tienen claro por dónde pueden crecer. Además de consolidar su propio voto, deben recuperar el que se ha ido a Vox, intentar pescar entre el votante moderado del PSOE desencantado con las políticas de Sánchez y tratar de convencer también a los desencantados con el PNV cuya principal preocupación sea la «situación económica» del territorio.

Para ello el candidato a lehendakari de la formación, Javier de Andrés, contará con la ayuda de todos los barones, que en la cita del martes en Madrid ya se ofrecieron para ayudar en la campaña vasca siguiendo el «ejemplo» de Galicia. Si bien la mayoría de los dirigentes coincide en que revalidar la Xunta da aliento al partido, también comparte que no es extrapolable a los siguientes comicios, dado que el mismo PP que casi siempre ha gobernado en Galicia no lo ha hecho, en cambio, en el País Vasco. «Allí tenemos que mejorar mucho, pero son dos territorios con realidades muy distintas», reconoce un presidente autonómico con mando en plaza que, apunta a que «el efecto contagio» llegará en las europeas.

En esos comicios, previstos para el 9 de junio, los populares dan por descontado que podrán sacarle al PSOE una diferencia de puntos que dé la estocada final a Sánchez y haga tambalear la legislatura. Pero hay quien defiende en las filas populares que es importante no dejarse llevar por la euforia y proclamar que el socialista agoniza políticamente, porque «aún puede aguantar». «Es contraproducente azuzar un cambio de ciclo», admite otro líder autonómico del PP con galones.

Aunque la mira está puesta en las citas electorales que están por llegar, Génova mantendrá su campaña en defensa de la igualdad y contra las cesiones de Sánchez a los independentistas mientras eleva la presión sobre el Ejecutivo por el ‘caso Koldo’ y exige ya responsabilidades en el ámbito penal. Los populares se echarán a la carretera para recorrer España en la ‘Ruta por la igualdad’ denunciando la «amenaza» que es, a su juicio, el presidente del Gobierno y su proyecto. En la dirección nacional insisten en que su postura sobre la amnistía es inamovible. «Es la que hemos tenido siempre, la que tenemos y la que tendremos en el futuro», zanjan.