Diario de León

«La revolución por la paz ha comenzado» Baltasar Garzón (juez de la Audiencia Nacional)

A pie por el centro de Basora

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Colpisa - KUWAIT.

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Los británicos volvieron a insistir este lunes en que Alí el Químico está muerto. Pero esta vez dicen que han encontrado su cadáver. Su ministro de Exteriores, Geoff Hoon, aseguró este lunes desde Londres que «hay fuertes indicios» de que así es. Pero los norteamericanos no lo confirman. El pasado sábado, la residencia en Basora de Alí Hasán al Majid, primo de Sadam Huseín y uno de los hombres más importantes del régimen, fue bombardeada por los aliados. En su interior aparecieron varios cadáveres y los servicios de inteligencia aliados creen que ese día, Majid estaba en la casa. Los rumores de la muerte del importante general no se hicieron esperar. Ahora, según el portavoz del 3er Batallón del Regimiento Paracaidista británico, Andrew Jackson, afirma que entre los fallecidos el sábado se encuentran los guardaespaldas de Majid, el jefe del espionaje iraquí en la región y otro hombre no identificado, que tendría que ser el propio Alí el Químico. Ésa, añadió Jackson, fue una de las razones por las que sus tropas decidieron entrar en Basora, cuya resistencia estaría minada al conocerse la desaparición de la persona designada por el régimen para defender el sur del país. Alí Hasán al Majid es uno de los personajes más crueles de la dictadura de Sadam, y la justicia internacional le busca por crímenes de guerra. El mote con que se le conoce se lo pusieron sus adversarios, después del ataque con armas químicas que exterminó a todos los habitantes de la villa kurda de Halabya, en 1988. Majid era el encargado de dirigir una campaña de represión contra el Kurdistán que se saldó con la muerte de entre 100.000 y 200.000 personas, en su mayoría, civiles. Por lo demás, las tropas de infantería británicas entraron a pie hasta el centro de Basora y tomaron el control de la Universidad, que estaba en manos de los milicianos iraquíes. En su mayor incursión en la ciudad desde el principio de la guerra, los británicos aseguraron algunas posiciones, con vistas a establecer una base permanente desde la que repartir ayuda humanitaria. Pero reconocieron que el control sobre la capital del sur no es aún completo. Irregulares, matones y fanáticos Según Geoff Hoon, todos estos movimientos auguran que el fin del régimen está próximo, aunque todavía se pueden encontrar «irregulares, matones y fanáticos» que ofrezcan resistencia. «Un mejor futuro para el pueblo iraquí -añadió- está a la vista». Más al norte, en Kerbala, los marines norteamericanos encontraron una docena de barriles de productos químicos en una explotación agrícola que, según el mando aliado, han dado positivo en los primeros test como agentes nerviosos y dermatóxicos.

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