El PSC cierra definitivamente la puerta a formar gobierno con los nacionalistas

«No hay condiciones de excepcionalidad que justifiquen un gobierno de concentración en Cataluña». El PSC rechazó así, definitivamente, la posibilidad de un gobierno integrado por todas las fuerzas políticas, excepto el PP, que habían sugerido CiU y ERC y para el que habían convocado una reunión el próximo lunes. Los dos partidos nacionalistas mantuvieron ayer un segundo encuentro para aproximar posiciones. La primera semana de negociaciones tras la celebración de las elecciones catalanas acabó con un no rotundo del PSC a formar un posible gobierno de concentración. Poco después de que CiU y ERC anunciaran su intención de convocar para el lunes una reunión a cuatro bandas, los socialistas emitieron un comunicado en el que reafirmaban su decisión de no acudir a tal encuentro y rechazaban, por tanto, la propuesta de gran coalición. El PSC insistió en su nota en que «el gobierno que los ciudadanos demandan es un gobierno de cambio, catalanista y de izquierdas» y anunció en este sentido su voluntad de continuar las conversaciones abiertas con los republicanos e Iniciativa per Catalunya para conformar un ejecutivo «de progreso». El portavoz de IC, Joan Boada, reiteró también su negativa al gabinete de concentración y precisó que su formación hubiese asistido al encuentro lunes únicamente para reafirmar que «estamos totalmente en contra» al pacto propuesto por los nacionalistas. El rechazo del PSC e ICV obliga a ERC a escapar de la equidistancia mantenida hasta ahora. El candidato socialista a la presidencia de la Generalitat, Pascual Maragall, emplazó ayer al líder de ERC, Josep Lluis Carod Rovira, a definirse lo antes posible «porque esto puede durar hasta Navidad y no es bueno que un país esté tanto tiempo sin mando», dijo en declaraciones a la Ser. Para el próximo lunes, si los partidos no cambian el programa, está prevista la tercera reunión entre socialistas e independentistas. Las dos opciones que quedan sobre la mesa pasan por un acuerdo bilateral CIU-ERC o bien uno tripartito de las fuerzas de izquierda. Los dos partidos nacionalistas mantuvieron ayer el segundo de sus contactos. Como ya hiciera el partido republicano con los socialistas, Ernest Benach y Joan Puigcercós cruzaron su programa de mínimos con el que presentaban por CiU Josep Antoni Duran Lleida y Pere Macías. El mensaje después de dos horas y diez minutos de reunión fue idéntico al transmitido tras la reunión con los socialistas: existen discrepancias pero son «superables». El portavoz de los republicanos anunció que en los próximos días los dos partidos seguirán «cruzando papeles» con el propósito de «pulir los puntos de divergencia». CiU, a su vez, volvió a rebajar sus pretensiones para facilitar el acuerdo con ERC. Durán Lleida, secretario general de la formación, aceptó la petición de los republicanos de realizar auditorías sobre la gestión en la última legislatura de las consejerías y organismos públicos de la Generalitat y se comprometió a reforzar la Sindicatura de Cuentas. También prometió «no tener ningún tipo de pacto estable con el PP» en Madrid. «Los ciudadanos demandan un gobierno de cambio, catalanista y de izquierdas» PARTIDO SOCIALISTA CATALÁN