Diario de León

| Sin cartel | César Roa Marco|

«En la izquierda el voto tiene que ser plural; nada de voto útil»

«Morano empezó en política al mismo tiempo que yo y al verlo aún en los carteles no rejuvenezco: me da pena»

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Antonio Núñez - león
León

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Ingeniero agrónomo, nació en 1941 y ejerce ahora de técnico de medio ambiente en la Diputación después de haber sido concejal del Ayuntamiento de León tras las primeras elecciones democráticas de 1979 en las listas del PCE, que eran las del eurocomunismo, una ideología de la que ya casi nadie se acuerda, incluído su inventor, el histórico dirigente Santiago Carrillo, que anda ya por los ochenta y tantos años. En la Transición el entonces joven César Roa fue también director provincial de Agricultura de la mano del PSOE (1984-87) como tantos otros cuadros de la izquierda en la época. En esta campaña se limita a ver las cosas desde la distancia, aunque, según él, sin perder la perspectiva. -Le rejuvenece ver estos días los carteles de Morano como cabeza de lista del PP? Porque usted empezó en política al mismo tiempo que él... -No exactamente. Más bien me da mucha pena, porque yo creo que, aunque él puede hacer lo que quiera para aspirar de nuevo a un puesto de diputado, que es lógico, al final lo que me choca como ciudadano es que no haya renovación generacional en política. Al margen de eso, se trata de un hombre que tiene una trayectoria enormemente confusa, y punto. -Cuando usted era concejal el PCE tenía el triple de votos en la provincia que ahora IU. ¿Qué ha pasado? -Bueno, eso es bastante complicado de analizar, pero yo entiendo que el Partido Comunista -ojo, no Izquierda Unida- cometió en su día el error en el periodo 1977-79 de moverse en planteamientos, métodos y disciplinas excesivamente rígidos. Por ejemplo, yo mismo y mi compañero de corporación Roberto Merino sufrimos muchísimo la rigidez del comité provincial del PCE, aunque nos apoyara el comité local, Ahí hubo ya por enconces una controversia que se resolvió muy mal. No era una cuestión de disciplina de partido, sino de rigideces que llegaban a extremos personales. Cuando Merino y yo dimitimos incluso se estaba jugando con acusaciones gravísimas, incluso con nuestro propio trabajo. -¿Ha colaborado en esta campaña, a pesar de todo? -No, aunque en la anterior sí lo hice, aunque fuera sólo de forma testimonial. Me pusieron el último en las listas de IU, donde, por cierto, sigo estando bastante bien considerado al margen de mis méritos personales, y yo les dije que bueno y que bien estaba. Luego me río pensando que, si hubiera listas abiertas, a lo mejor daba igual ir el primero que el último, aunque ahora no me encuentro con fuerzas para más. -¿El voto útil de la izquierda tiene que ir a Rodríguez Zapatero? -En absoluto. El voto de la izquierda tiene que ser plural, ordodoxias y pragmatismos aparte. Yo creo que hoy en día la sociedad se ha hecho muy compleja y ningún partido puede abarcar toda la problemática existente en la sociedad y, entonces, la participación de muchísimos grupos críticos es muy importante, tiene que ir coordinada, pero no unificada ¿Me entiendes? -Usted ha tenido trato personal desde antiguo con Rodríguez Zapatero ¿Ve alguna diferencia entre el de León y el que sale en los telediarios? ¿Cómo es en realidad? -A nivel personal no quiero plantear este tipo de cosas, porque le tengo muchísimo afecto, lo conozco de hace muchísimo tiempo y tal. Pero, a nivel político, veo que ha madurado mucho. No es el Zapatero secretario provincial del PSOE que segaba aquí la hierba que le molestaba... Da la impresión de que no, pero desde que está en Madrid le he saludado un par de veces, nada más. No puedo decir otra cosa. Y, además, para el grupo que le rodea aquí, soy persona «non grata». ¿Entiendes? Puedo dar nombres y apellidos de personas que han pasado por la Diputación, donde trabajo. -¿La política del año 2004 se parece en algo a la de 1977? -Eso es inconcebible. La sociedad ha cambiado mucho y ahora hay mucho mercado.

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