Piqué pide un giro al centro en el PP y Aznar respalda la línea dura

Sólo dos semanas después del revés electoral sufrido en Galicia, las diferencias afloraron ayer en el PP entre quienes quieren un giro al centro y los partidarios de la actual política de confrontación total con el Gobierno socialista. Josep Piqué se convirtió en el abanderado de un sector del partido que hasta ahora no se había atrevido a expresar sus opiniones públicamente, al reclamar que se abra una «nueva etapa» en la formación, en la que Ángel Acebes y Eduardo Zaplana tengan un menor protagonismo. Por su parte, el ex presidente Aznar se mostró como pétreo defensor de la «línea dura» de Rajoy, a quien animó a mantenerse firme en su oposición radical. En unas declaraciones a Caralunya Radio, Piqué atribuyó la actual deriva derechista del partido al secretario general y al portavoz parlamentario, a quienes, afirmó, «se les identifica con una determinada etapa muy concreta que nos conecta con el pasado». En su opinión, estos dos políticos «de gran valor» deben seguir jugando un papel en el futuro, pero no pueden monopolizar los mensajes que el PP lanza a la sociedad. Por ello, apostó por «complementar» su presencia con la de un «abanico más grande» de voces y apuntó que tiene algunos nombres en la cabeza, pero no quiso decirlos. A este respecto, recordó que el PP es un partido de «amplio espectro» y que se tienen que «combinar los mensajes» para que lleguen a los que son «de derechas, muy de derechas, de centro y moderados que pueden votar al PSOE». «Mi PP es de centro derecha». La figura de Aznar Por su parte, José María Aznar insistió en los durísimas críticas a los socialistas que ha prodigado desde la derrota del 14-M. En la aperura de los cursos de verano de la Fundación FAES en Navacerrada, dijo que «el PP ha acreditado que, por debajo del vendaval de la propaganda sectaria, hay una fuerte corriente social que sigue deseando una España normal, democráticamente normal, libre y constitucionalmente normal». El presidente de honor del PP pidió a su partido que persevere en sus posiciones actuales, en «el mantenimiento de una voluntad constante de ser la referencia política de todos aquellos que desean políticas distintas y comportamientos diferentes a los que exhibe el partido que ahora gobierna». De eso, dijo, depende su «capacidad para articular una mayoría en los próximos años», que le permita regresar al poder. José María Aznar esbozó las líneas de la oposición radical que propugna: acusó al presidente Zapatero de «liquidar» la política dirigida a derrotar a la banda terrorista, debilitar la conciencia nacional, ser «irrelevante» en la Unión Europea, «perezoso» en política económica y «generar intencionadamente la división y el enfrentamiento». El secretario de Organización del PSOE, José Blanco, consideró que las declaraciones, además de ser «extemporáneas», son propias de un «resentido» y no de quien presidió el Gobierno en los últimos ocho años.