Diario de León

El enfrentamiento entre los partidos mayoritarios amenaza con bloquear las reformas

El Estatuto valenciano inicia su tramitación en las Cortes

La guerra entre Zaplana y Camps obliga al PP a dejar la defensa del texto a Trillo

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R. Gorriarán/M. Suárez - madrid
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La toma en consideración este martes del proyecto de reforma del Estatuto de la Comunidad Valenciana en el Congreso abre un proceso de reformas territoriales que puede ser histórico, pero que también puede quedar bloqueado si PSOE y PP no abandonan un enfrentamiento que, por ahora, parece inaplazable. Las diferencias entre los dos grandes partidos son tan enconadas que el acuerdo alcanzado en las Cortes valencianas puede quedar irreconocible tras el paso del proyecto por el Congreso y el Senado. El 20 de septiembre, la reforma estatutaria valenciana comenzará su andadura por las Cortes y lo hará sin tropiezos porque será admitida a trámite con el amplio respaldo de PSOE, PP, CiU, PNV, Coalición Canaria y el Grupo Mixto. Esquerra Republicana de Catalunya e IU se debaten entre la abstención y el voto en contra. El texto será defendido por el secretario general de los socialistas valencianos, Joan Ignasi Plá, y el portavoz del PP en las Cortes autonómicas, Serafín Castellano. Sus argumentos serán avalados en posteriores intervenciones por el portavoz del PSOE en el Congreso, Alfredo Pérez Rubalcaba, y Federico Trillo por parte de los populares. La intervención del ex ministro de Defensa es la solución salomónica que ha encontrado el partido opositor ante la guerra de guerrillas que mantienen en el PP valenciano Eduardo Zaplana y el presidente de la comunidad, Francisco Camps. Los grandes escollos Los problemas de verdad comenzarán en la comisión constitucional que a partir de octubre se reunirá para analizar las enmiendas de los grupos al texto. PSOE y PP quieren que todos los cambios estén pactados, pero no va a ser fácil. Los socialistas ponen reparos a dos aspectos: la apelación a los derechos históricos del Reino de Valencia, suprimidos en 1707, para reclamar determinadas competencias, y la denominada «cláusula Camps», según la cual la Comunidad Valenciana se reserva el derecho de reclamar competencias que aunque no figuren en el texto estatutario sean concedidas a otras autonomías. Los populares, en principio, no aceptan cambios en estas materias. El resto de modificaciones tendrán carácter técnico y no es de prever que presenten mayores dificultades. Esquerra Republicana de Catalunya e IU intentarán sacar adelante posiciones más ambiciosas en autogobierno, pero sus intentos parecen abocados al fracaso, ya que los socialistas, sus valedores parlamentarios, han optado por primar el acuerdo con el PP. Traslación autonómica El Estatuto valenciano es el primero del anunciado rosario de reformas que debe llegar al Congreso, pero las diferencias entre los dos partidos mayoritarios pueden arruinar las previsiones. Al margen de la reforma de Cataluña, que debería ser la siguiente en llegar al Congreso si los socios del tripartito y CiU se ponen de acuerdo, el resto de modificaciones estatutarias han entrado en una fase de bloqueo por las disputas entre PSOE y PP. El secretario de Política Autonómica socialista, Alfonso Perales, admitió que es «muy difícil» llegar a acuerdos con el principal partido opositor porque «sigue anclado en el pasado». El secretario general del PP, Ángel Acebes, consideró que el entendimiento con el PSOE será imposible mientras sea «rehén» de formaciones nacionalistas que buscan «la ruptura de España». Este contraste de pareceres entre las direcciones nacionales de los dos partidos mayoritarios ha tenido su plasmación en los últimos días en las negociaciones de los distintas reformas estatutarias. Así en Andalucía, comunidad en la que los trabajos avanzaron a buen ritmo, la situación está estancada. En Baleares las negociaciones están bloqueadas. Y en Castilla-La Mancha, el portavoz del PSOE en las Cortes regionales, José Molina, admitió que no existe «el mejor clima» para encarar una reforma del Estatuto con el PP.

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