Conde-Pumpido relevó a Fungairiñoporque «la paciencia tiene un límite»

«La paciencia tiene un límite». De esta manera tan gráfica explicó ayer Cándido Conde-Pumpido su decisión de relevar, «por motivos profesionales», a Eduardo Fungairiño como fiscal jefe de la Audiencia Nacional. En una intervención en un foro periodístico al que acudió la cúpula judicial en pleno, el fiscal general el Estado aparcó por un día su habitual prudencia y aseguró con rotundidad que forzó su renuncia porque desobedeció reiteradamente sus órdenes e instrucciones. Asimismo, reveló que perdió la confianza en su subordinado después de que no informara sobre el expediente disciplinario abierto al magistrado de la Audiencia Nacional Luis Martínez de Salinas, ni comunicara al Tribunal Supremo las inminentes excarcelaciones de terroristas de Al Qaida. Plena confianza Argumentó que la Constitución le obliga a «garantizar la unidad de actuación del Ministerio Público y cuando una serie de actuaciones de carácter estrictamente profesional ponen de relieve que no se cumple en alguna fiscalía su obligación es intentar que se haga». «Si los intentos reiterados de que se cumpla ese principio se ven sucesivamente frustrados, sucede que la paciencia tiene un límite y llega un momento determinado en el que el fiscal general tiene que adoptar aquella decisión que la ley establece: el relevo, que puede ser voluntario o por la vía de la remoción», explicó. Para evitar que vuelva a repetirse lo ocurrido, aseguró que el nuevo fiscal jefe de la Audiencia Nacional deberá ser una persona de su «plena y absoluta confianza» que sintonice con él y «no exista la posibilidad de disfunciones». A partir del lunes se abrirá el proceso para elegir a un nuevo responsable del ministerio público en la Audiencia Nacional. Asimismo, negó que el relevo obedezca a una posible tregua de ETA o una hipotética engociación con la banda terrorista. El Gobierno rechazó también, en boca del ministro de Justicia, que la salida de Fungairiño tenga que ver con la lucha contra el terrorismo, al que se va a seguir combatiendo «en todos los frentes. Juan Fernando López Aguilar dijo que «no cabe ninguna interpretación política torcida» y consideró la marcha del fiscal como un «episodio natural» en una «organización piramidal jerarquizada». De esta forma respondía a las críticas del PP, cuyo secretario general, Ángel Acebes, consideró ayer a Zapatero «responsable directo» de la destitución «forzada y humillante» de Fungairiño, que calificó de comportamiento «indigno y profundamente injusto». «Ayer le quitaron de en medio, pero el Estado de derecho no merece entregar la cabeza de un servidor del Estado y de la libertad en bandeja de plata a Zapatero para sus maniobras», afirmó. En su opinión, se ha hecho ««un daño difícilmente reparable» a la lucha contra ETA. Acebes pidió la comparecencia inmediata del fiscal general del Estado y anunció que su formación pedirá explicaciones a Zapatero el miércoles en el Parlamento. «A partir de este momento, estoy seguro de que el fiscal general estará informado de todo lo que pase en la Audiencia Nacional» CÁNDIDO CONDE-PUMPIDO Fiscal general del Estado