Sólo el 5% de los inmigrantes que residen en León tienen cualificación

León se consolida año tras año como ciudad receptora de emigrantes, un fenómeno que repercute en todos los ámbitos económicos, culturales y sociales de la provincia. Así lo muestran los datos expuestos por Cáritas, que sitúan, según estudios del Ministerio de Trabajo e Inmigración, un total de 22.983 extranjeros residentes en la provincia. De ellos, un 5 por ciento tienen cualificación, lo que parece corroborar la idea generalizada del emigrante que viene a España a trabajar como mano de obra barata. «León es considerada para el emigrante un buen lugar para buscar oportunidades», señala Vicente Guillán, responsable del área de análisis de gestión de Cáritas. El mercado laboral, de difícil acceso para la población en general, se complica todavía más para este colectivo, que aun contando con formación, ve restringidas sus posibilidades por las limitaciones propias de la nacionalidad. «Conseguir la homologación de los títulos universitarios es una de las trabas más importantes, que puede retrasar un proceso hasta dos años», comenta Guillán, quien apunta «no a un sentimiento de xenofobia pero sí a un estereotipo creado de extranjero de poco rendimiento laboral» para explicar parte de las complicaciones. Una vez adquirido el reconocimiento de la formación -que se puede conseguir en varias universidades españolas-, el emigrante cualificado mejora su situación, según expresa Guillán, aunque no por igual con todas las nacionalidades. «Los procedentes de países del este tienen una cartera de habilidades mayor y eso se nota a la hora de adaptar los títulos», asegura el responsable de análisis de la institución leonesa, quien no obstante señala que estos ciudadanos no suponen el grueso de la inmigración en la provincia. «La mayoría de los que vienen son magrevíes, seguidos por los latinoamericanos», señala Guillán al respecto.