Diario de León

| Crítica | Cine |

Trampas de tramposos

La protagonista, Halle Berry, con un cartel de la película

La protagonista, Halle Berry, con un cartel de la película

Publicado por
Miguel A. Fernández
León

Creado:

Actualizado:

Reconozcamos a Mathieu Kassovitz su esfuerzo por disimular Gothika como filme de gran calado, aún siendo un terror alejado (por presupuesto) del «serie B» al uso. Hasta sus maneras visuales son de realizador potente, el autor de Odio (1995) y Los ríos de color púrpura (2000). Pero ahí se acaba la treta, porque el resto es un catálogo de trampas, dignas de un tramposo con clase que, aferrándose a la convenció del artificio cinematográfico, lo agujerea para que el armazón se venga abajo. ¿Y el armazón? Se supone que debería haber un guión para sostenerlo. No, también ahí la pifia su autor, Sebastián Gutiérrez, empeñado en trufarlo de tópicos bajo el supuesto de que el público, con su entusiasmo natural hacia el género, se anestesia y no hace preguntas. Una lúgubre penitenciaría psiquiátrica, con diseño victoriano, sin apenas luz, con lluvia sazonada de rayos y truenos... Unos interiores diseñados por un arquitecto alucinado de lo tétricos que son... Un personal auxiliar que o es psicópata o disminuido psíquico a juzgar por sus miradas... Una psiquiatra que pasa de doctora-jefe a paciente preferente... Un colega que no sabes si es imbécil o perverso... El especto de una joven muerta que abduce a la doctora... Un psicópata con uniforme... Una reclusa violada... Uno o dos asesinos en serie... Un crimen horrendo... No sigo para no llenar la página. Todo eso hasta resultaría original si guionista y director lo sirvieran como ensalada bien aliñada. Uno come ensalda todos los días y sin embargo nunca la rechaza. GHOTIKA. EE.UU. 2003. Director: Mathieu Kassovitz. Intérpretes: Halle Berry, Robert Downey, Penélope Cruz. Terror. 95 minutos.

tracking