Diario de León

PUENTES DE LEYENDA

El Curueño tejido en piedra

ValdeluguerosEl puente del Ahorcado inicia el inventario de un bordado de pasos en los que hombres y piedras se aliaron durante siglos para vadear el Curueño y sus afluentes. Hoy forman la ruta que alzará al viajero a lo alto

Paisaje de Lugueros a través de uno de sus puentes.

Paisaje de Lugueros a través de uno de sus puentes.

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A lo largo de su recorrido, de unos veinte kilómetros, se pisan ocho puentes de extrema longevidad (romanos y medievales), testimonio de historia y leyenda, obras que tejieron en torno al río sucesivas generaciones. Si el viajero completa la ruta alcanzará las fuentes de agua casi mineral en las cabeceras del río, las lagunas glaciares de Vegarada o la moderna estación de deportes de invierno de Riopinos. El puente del Ahorcado es la puerta al municipio de Valdelugueros y es de época romana. La piedra mantiene, a pesar de las agresiones, todo el carácter y belleza del trazo original. Sobre el Curueño, dando paso al valle del Villarín, se ubica el puente del mismo nombre. Pese a sus veinte siglos de historia presenta un aspecto de moderna pulcritud logrado tras su restauración en el año 2002. El pontón del arroyo de Villarías se ubica en un paraje bravío, dónde el paisaje alza barreras de caliza. El Ayuntamiento de Valdelugueros lo ha restaurado en la última década. A la salida del pueblo de Lugueros, en dirección al puerto de Vegarada, se puede pisar un puente de tres arcos, alguno de ellos de época romana, aunque se restauró en el medievo. En el 2001 fue rehabilitado por canteros de la zona. Símbolo histórico del territorio, el puente ha sido incluido en el escudo municipal. El puente de los Campos de Lugueros apenas conserva trazos de su época original y se ha restaurado también en la última década. A la entrada del pueblo de Cerulleda está La Puente de Abajo construida, probablemente sobre basamentos romanos de un solo ojo. El puente, anclado en roca, ha sido restaurado por el municipio y sus vecinos en el año 2002, respetando su estructura original. El mismo puente pero en femenino, costumbre de origen medieval, está al lado del molino de Cerulleda. El pontón de Francamuerta es una diminuta estructura que salvaba el arroyo del mismo nombre. Desde su arco de piedra basta se avista la Vega del Coruñón, dónde oficialmente nace el Curueño, del siglo primero. Un par de kilómetros más arriba se ubicó otro pequeño pontón romano, en el paraje de Las Tiendas. Un reciente alud de barro lo sepultó.

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