Me quedo con todo

Comenzaría la escapada a León visitando su imponente Catedral y contemplando su conjunto de vidrieras, quizás el más importante del mundo junto con el de la de Chartres. Eso sí, después de una parada técnica para desayunar unos churros con chocolate en la cafetería del Hotel París, en la calle Ancha. Después aprovecharía para echar un vistazo a una de mis tienda favoritas, ‘La Mona se viste de seda’, en la calle San Pedro, con ropa original y diferente. Luego me sentaría a tomar un aperitivo en una de las terrazas de la Plaza Mayor, antes de perderme por las calles del barrio Húmedo y disfrutar del tapeo. En la Plaza de San Martín, está La Bicha (imprescindible para probar la morcilla) y El Rebote (croquetas buenísimas de queso, jalapeños, morcilla, pizza…); y ya por sus callejuelas aledañas, me perdería de cortos por La Competencia (Matasiete, la pizza está muy buena), El Gaucho ( Azabachería, son famosas sus sopas de ajo) o El Flechazo (Cardiles, patatas fritas). Tampoco descarto comer chorizo al infierno en la Taberna Oriente Medio ( Juan de Arfe).

Para comer me iría a La Mary, en la plaza de Don Gutierre. Por la tarde, después de una buena siesta para reponer fuerzas, me subiría al Nimú Azotea del Conde Luna para tomarme un café (o lo que se tercie) con buenas vistas. Y de ahí no me perdería la casa Botines que, junto con el Palacio Episcopal de Astorga y El Capricho de Comillas, es una de las tres únicas obras que Gaudí realizó fuera de Cataluña. Ni tampoco la Real Colegiata Basílica de San Isidoro, con su extraordinario Panteón de los Reyes. Y ya aprovechando que estamos en el barrio del Cid o barrio romántico, me daría una vuelta por el Camarote Madrid o El Clandestino (Cervantes) y La Trébede (plaza Torres de Omaña, cerca de La Céltica, buen sitio para tomar una cerveza junto al Four Lions Brewery, cerca de Botines). A mí para ir a bailar me gusta el Rock And Roll Circus (calle Santa Cruz) y también La Galocha (encima está el Delicatessen y tiene un patio). Éste último está en la calle Juan de Arfe y la música que pinchan es muy recomendable. Al día siguiente me pegaría el lujazo de desayunar (o hacer un brunch si la noche anterior fue larga) en el Parador de San Marcos antes de visitar el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (Musac) (en su cafetería, Cidón, las hamburguesas son muy recomendables) ahora que acaba de inugurar las exposiciones ‘La mujer de piedra se levanta y baila’ y ‘¡Chicas! ¿Por qué decidisteis montar un grupo?’ que analizan el papel de la mujer en el mundo. Por la tarde del sábado, tras tapear por la zona de la Junta de Comunidades (imprescindible El Chorco), me iría a tomar un Gin Tonic al Taxman Beatles Bar, en la plaza de San Pedro, detrás de la Catedral. Y para la noche me iría a cenar al Cocinandos, que tiene una estrella Michelín. Y ya el domingo, antes de abandonar la ciudad, me deleitaría en la plaza del Grano, donde me sentaría en Vinos Grigo a tomar un Cepas Viejas. Y me iría con una bonita estampa en la retina.