Editorial | El Gobierno debe dar hoy respuestas contundentes a la crisis del campo

Alertado por la intensidad y la generalización en todo el país de las protestas de los agricultores iniciadas hace un mes, el Gobierno se ha visto en la necesidad de adoptar medidas urgentes para atenuar la tensión del sector. El presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, encabezó ayer la reunión de la Comisión Interministerial de Agricultura en el que se abordó la negociación de la Política Agraria Común y la próxima revisión de la Ley de la Cadena Alimentaria.

Lo hacía mientras el sector agrario iniciaba la quinta semana de las protestas convocadas por las organizaciones sindicales para reivindicar precios justos y visibilizar los problemas de rentabilidad del campo. El próximo viernes, justo cuando se cumpla un mes de la primera manifestación de esta convocatoria masiva, León se sumará a esas movilizaciones bajo la bandera de la unidad de las cuatro organizaciones sindicales agrarias. Y el día 2 de marzo lo hará Ponferrada. A esa situación se llega en un clima de evidente contradicción en las posiciones del Gobierno que no auguran nada bueno. Frente al «pelead» del vicepresidente Pablo Iglesias y el «apretad» del ministro de Consumo emerge la templanza del de Agricultura al afirmar que la labor del Ejecutivo no es alentar las movilizaciones sino de «responder al problema».

En cualquier caso, parece evidente la urgencia de adoptar medidas relativas a la modificación de la ley de la cadena alimentaria para trasponer la directiva comunitaria sobre prácticas desleales y conseguir un reparto más justo de su valor en los distintos eslabones. Porque evidente es también que la crisis del sector tiene aspectos estructurales con especial incidencia en una provincia eminentemente agrícola como León, que busca en la selección de cultivos en las vegas y en la industria de transformación un salto de calidad y una razón de distinción.