¡Maaaambó!

Disolvieron sumariamente la banda de paponas de la vieja cofradía a la que se apunta de antaño la gente guapidevota de la ciudad por acuartelar a su Virgen de la Soledad en su capilla al ritmo macareno del célebre  Moliendo café  venezolano (Hugo Blanco, 1958), un « ritmo orquídea»  para arpa y maracas que pide versionarse en mambo como hacía la orquesta de Pérez Prado... ¡maaaambó!... Se ignora si también bailaron el paso como es ahora moda y como sería lo propio ante el son danzarín al que invitaban parches y cornetas, pues bien cabía ahí lo de « Dicen que la Virgen no baila por llevar santa corona; baile, Señora, baile, que Dios todo lo perdona »...

Convertida cada vez más esta Semana Santa en tolerado carnaval piadoso que plagió folclorismo sevillí a espuertas, que la preñó de manolas superfirulís, le inventó cofradías o monta ahora procesiones insólitas de clara aberración litúrgica en pleno Veranillo del Membrillo, ¿extraña acaso que sucedan estas alegrías melódicas y estas profanas maneras de entender el cómo han de rezar ahí los metales y mamporros?, porque en el repertorio de estas bandas de cofradía tiene su hueco la charanga verbenera casi tanto como el militarismo de sus músicas y marchas y su coreografía de batallón desfilante y sus jerarquías de ostentoso ropón y el fajín de generalas que imponen a sus vírgenes y esos chortas armados que van de gala con gastadores que escoltan pasos y cortejos luciendo los hierros de matar que Jesús mandó guardar en el Huerto de los Olivos. Así la cosa, es preferible que se pongan a moler café meneando cadera sandungona y no marcar el paso con tararís cuarteleros, pues meterle tanto aire y tic militar a una procesión es clavar el dicho de « ponerle a un Cristo dos pistolas ». Así que extraña que condenen a las paponas del mambo cafetero y callen cuando cada domingo del Dainos suenan marchas militares americanas de John Sousa, como en Westpoint, o le meten himno nacional a la Consagración, fulminando la esencia austera de la  semanasanta  leonesa que fue... y era seña de esta tierra.