Diario de León

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Avergoncémonos: 231 pueblos leoneses no tienen sistema alguno de depurar sus vertidos.

Cuando hace treinta años rodábamos una larga serie sobre los ríos de León, y tras ver tanta mierda como llegaba alegre a sus caudales, empezaron a declinarme las ganas de caña y de trotar orillas que de niño me van en vena. Cierto que en este tiempo se alivió en parte tanto crimen ambiental al que nadie parecía hacer el caso que su urgencia exigía, aunque los datos de hoy que ofrece este Diario aún sorprenden y sublevan. Recordé también que veinte años antes de esa serie un  becacier  francés, Carrier, amigo del pediatra don Avelino Gutiérrez, también « becazador» , se zurraba kilometradas desde Burdeos para pescar en esta montaña y nos advirtió de algo que sonaba a agorería tremendista: «no tardaréis mucho en quedaros sin truchas». Profeta. Y nunca se llevó una sola pieza, las devolvía siempre al agua, gentileza deportiva y sensibilidad que entonces no entendíamos viendo su gran esfuerzo y pasión.

Y así sigue retratando hoy nuestra indecencia la realidad: nada menos que 231 pueblos leoneses enmierdan con sus aguas residuales, forma bonita de llamar a los meaos, cagaos y pestes químicas que nos van por el desagüe abajo para ir a dar en algún arroyo y río o a las corrientes subálveas infectando pozos y reservas. Y de las 1.345 depuradoras de diversos tipos que se han ido instalando, 487 tienen problemas (o sea, no depuran bien y continúan emponzoñando tierras y aguas) y 147 ni siquiera se utilizan por estar abandonadas o en desuso, todo lo cual, sumado a esos 231 pueblos que enmarranan todo futuro, arroja un panorama y volumen de guarrería cazurrona insostenible y vergonzante. ¿Duda alguien que este problema ha de tener una prioridad absoluta, ¡lo primero!, en las inversiones y obras provinciales que tanto se cacarean? ¿Duda alguien de que el agua es lo más sagrado que hay en este mundo? ¿Y dudará alguien de que quien mea o caga en el agua se está cagando en Dios?... pues al tanto entonces... e infierno para el blasfemo.

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