En León, ¿qué sentido tienen los colegios concertados?
Los conciertos en educación tuvieron su origen en un momento en el que hubo un gran aumento en la tasa de natalidad y los colegios públicos no eran capaces de acoger a todo el alumnado que los demandaba. Ante la imposibilidad económica de construir colegios, además del tiempo que requerían las obras, la Administración decidió pagar a los colegios privados para que asumieran el excedente de la escuela pública. Actualmente, con una tasa de natalidad muy baja y una disminución en el nivel de inmigración, algunos colegios de León y Ponferrada están medio vacíos y sin embargo, ilógicamente, se siguen manteniendo los conciertos. Yo soy maestra en el Colegio San Isidoro de León, un centro con capacidad para más de 600 alumnos en el que actualmente se encuentran matriculados 45, de los cuales, un 90% son de etnia gitana y el 10% restante son inmigrantes. En estos momentos, somos un equipo docente con mucha ilusión y ganas de trabajar, pero nos falta lo más importante: alumnos a los que enseñar. Es verdaderamente frustrante ver cómo por mucho empeño que pongamos, no conseguiremos aumentar la matrícula del centro porque se ha convertido en un "gueto". ¿Y cómo lo permite la Administración si la LOMCE (actual ley educativa) tiene como bandera la equidad, la inclusión educativa y la igualdad de derechos y oportunidades que garanticen cualquier discriminación? Ante la impotencia que supone saber que los políticos que tenemos no van a eliminar los conciertos educativos, por lo menos, quiero que toda la provincia sea consciente de la mala gestión que se está llevando a cabo con el dinero público. Solamente en mi centro, se está pagando la calefacción de un edificio enorme para calentar a 50 alumnos. Además, con el número de maestros que somos podríamos atender al doble de alumnos (en cada clase hay una media de 12); sin contar con el sueldo del conserje, el personal de limpieza y todos los gastos de mantenimiento. Yo me pregunto:" ¿por qué no cierran el colegio?". Los 45 alumnos caben perfectamente en cualquiera de los centros cercanos: Cervantes o Anejas. Me imagino que porque ante la opinión pública no estaría muy bien visto cerrar un colegio público y seguir manteniendo los conciertos. Parece que no es necesario hacer un máster en economía para ver que se está desperdiciando el dinero público y la solución es tan sencilla como suprimir los conciertos. Si los colegios concertados volvieran a ser privados, estoy segura de que todos los centros públicos volverían a llenarse.