Diario de León
León

Creado:

Actualizado:

Esta tierra que fundaron los cainitas -que, como es evidente, decidieron quedarse- tiene ya otro argumento en el amplio repertorio para despellejar al contrario. Se aplica terminal para definir la amplitud de miras del nuevo edificio del aeropuerto de La Virgen del Camino, o de San Andrés del Rabanedo si atendemos a la última medición de lindes del Instituto Geográfico, lo mismo que para evaluar el estado de salud de este territorio. Así se catalogan ahora los dos bandos, la visión universal a la que siempre se ha sometido a esta sociedad, el León de arriba y el de abajo, el urbano y el rural, los azules y los rojos, los buenos y los malos. Todo a cuenta de un hangar acristalado que ha terminado por romper la línea horizontal y aburrida que veían todas las tardes los vecinos de La Virgen, o de Trobajo, en el largo paseo de la ruta del colesterol. A cuenta, también, de un caramelo de veinte millones de euros que se ha colocado a la puerta de un colegio en el que no hay niños. A cuenta de la evidencia de ver continente sin contenido.

Al paisano de a pie, al que se bate el cobre desde las siete de la mañana para llegar a fin de mes, cumplir con el banco y la hipoteca, le resbala el debate que alimenta este nuevo caso de izquierdas y derechas, de envite electoral, o si la larga recta que da entrada a la terminal el mayor uso que tiene es el que le dan las tardes de domingos un puñado de chavales diestros en el monopatín. Al paisano de a pie le sobrepasan ya los retos que le han puesto por delante a León. Ahora, que su modelo es Chicago (por aquello de que el cielo de Illinois soporta la mayor densidad de tráfico aéreo del globo terráqueo). Albricias para los vecinos de Orones, que pasan las de Caín para llegar a la carretera general, y de ahí a la civilización, y además pagan impuestos para que haya vuelos desde esa rampa de lanzamiento del futuro de León. De León al mundo entero, sin escalas en Barajas. A la euforia generalizada del bando defensor del modelo de desarrollo por vía aérea al que se le ha empujado León le puso coto un empresario del sector -que algo sabrá- cuando expresó su deseo de ver lleno de pájaros el sitio que acudió a inaugurar con el presidente del Gobierno. De momento, el allende los mares, el León-Chicago, no tiene visos más allá de un partido de basket, cuando los Bulls estrenen la ruta europea de la NBA y Joaquín Rodríguez tenga cinco euros más para la plantilla.

tracking