Que no nos roben el territorio

¿Se imaginan una sociedad que no conoce los fundamentos de su lengua y no comprende lo que oye o lo que lee? ¿Se imaginan una sociedad que no conoce ni comprende su pasado? ¿Se imaginan una sociedad que no conoce ni comprende sus estructuras y sus relaciones?

La respuesta es fácil e inmediata: no lo imaginamos y, además, sabemos que, en caso de existir, estaríamos ante una sociedad inmadura y desarticulada. La Filología, la Filosofía, la Sociología o la Historia nos dan las pautas y los conocimientos para desenvolvernos en estos ámbitos y para reflexionar acerca de ellos. Así, hasta ahora tenemos idioma, sociedad y tiempo; sin embargo, nos queda otro elemento fundamental: el espacio en el que habitamos.

Imaginemos ahora una sociedad que no conoce ni comprende su territorio; es decir, el espacio en el que vive, trabaja, viaja o se divierte. Efectivamente, sería una sociedad incompleta y abocada al fracaso ¿Qué hace posible que esto no sea así?: ¡La Geografía!.

El estudio del territorio constituye la esencia de la Geografía como disciplina científica. Ya se trate del territorio como soporte de las actividades humanas, tanto residenciales como productivas (agrarias, industriales, comerciales) o del territorio como recurso (infraestructuras, equipamientos, ventajas de localización, paisajes), la Geografía cuenta con la metodología y con las herramientas adecuadas para hacer frente a su análisis, estudio y gestión. De manera muy sencilla, el contenido de la disciplina geográfica se resume diciendo que nos hace posible conocer, comprender e interpretar el territorio, interrelacionando el medio físico y ambiental con la esfera social y humana, teniendo siempre presentes las relaciones espaciales.

Con esa perspectiva territorial, la Geografía se ocupa, entre otras cuestiones, del estudio y el análisis de la distribución de recursos, infraestructuras y equipamientos; de las políticas de desarrollo local; de las características y distribución de la población; de analizar e interpretar paisajes; de las relaciones funcionales o de realizar diagnósticos integrados. Este trabajo se plasma en informes ambientales o sociodemográficos y en la planificación a todos los niveles (Planes de Ordenación de Recursos Naturales, planificación estratégica, rural, urbana o sectorial).

De este modo, la Geografía está presente en el estudio del territorio, pero también lo está en su propia gestión. De hecho, realizar propuestas de gestión territorial es uno de los campos de aplicación de esta disciplina de mayor proyección: desde la revisión del «mapa» de municipios hasta las alternativas en el trazado de nuevas autovías; desde un estudio de accesibilidad hasta la propuesta de localización de diferentes actividades económicas.

Por otra parte, debemos hacer mención de una herramienta de trabajo fundamental en la Geografía, tan antigua como el hombre y cada vez más presente en todos los ámbitos de nuestra vida: el mapa. ¿Quién no ha consultado un mapa para planificar sus vacaciones? ¿Quién no ha buscado en un mapa la localización de un hotel, una empresa o un recurso? ¿Quién no lo ha hecho en una página web? ¿Quién no ha consultado un navegador para recorrer con su coche una ciudad que no conoce?; así, podríamos hacernos múltiples preguntas y las repuestas serían confluyentes: todos hemos recurrido a un mapa (en papel o en la web) para alguna de nuestras actividades, ya sean de ocio o de negocio. Pues bien, ¿qué hay detrás de un mapa?; desde el punto de vista metodológico y de su elaboración, ni más ni menos que «saber» geográfico, Geografía. En este sentido, el trabajo del geógrafo incluye el análisis y la gestión de la información geográfica mediante cartografía convencional o informatizada (Sistemas de Información Geográfica, análisis de bases de datos espaciales).

La práctica profesional de los geógrafos está regulada por su Colegio Profesional; aunque trabajan en diversos campos, la Ordenación del Territorio es uno de de las principales ocupaciones del geógrafo. El trabajo se desarrolla tanto de modo individual como integrado en equipos multidisciplinares en el ámbito de la administración pública y de la consultoría. De hecho, el trabajo en equipo con arquitectos, urbanistas, ambientalistas o especialistas en patrimonio es una de las formas en que se concreta la práctica de la Geografía; el resultado son los Estudios de Impacto Ambiental o los informes relacionados con la planificación territorial a cualquier escala, con propuestas de actuación (ordenación del territorio, planificación estratégica del territorio, planeamiento urbano) y de gestión.

En el campo aplicado, el geógrafo desempeña su labor también, por ejemplo, como técnico en Reservas de la Biosfera y Espacios Naturales o como Agente de Desarrollo Local en municipios o Grupos de Acción Local, elaborando diagnósticos adaptados a la realidad territorial sobre los que se basan las líneas estratégicas de gestión.

Finalmente, para hacernos una idea cabal de lo que aporta la Geografía, volviendo al comienzo, imaginemos una publicación de carácter integral sobre nuestra provincia en la que no hubiera análisis y descripción del medio físico, de su población y del poblamiento (envejecimiento, emigración, despoblación de núcleos), de la distribución y características de sus actividades económicas (incluyendo su impacto en el territorio: ambiental, demográfico y económico), de sus equipamientos e infraestructuras, de sus relaciones con los territorios limítrofes, …. A buen seguro que diríamos que se trata de una obra incompleta; de manera intuitiva echaríamos en falta todo lo relativo al territorio; es decir, seríamos conscientes de que la ausencia de la Geografía equivale a ocultar una parte de la realidad. Pues eso, que no nos roben el territorio.