León accede al mapa Montessori

L legó a León, desde Oxford, hace 12 años. Traía un perro y una maleta cargada de extraños materiales de madera que, decía, eran del método Montessori. Allá, en Inglaterra, Cristina había trabajado con Leonor Couper en la educación de niños de cero a seis años. Su madre que era guía Montessori en Madrid, ante la falta de centros de formación en España, le había enviado con Leonor y esa experiencia la convenció de que el método era la forma más eficiente de educar niños.

El resto de sistemas, en especial la «educación convencional» eran más cómodos para el profesor, quizá más rápidos a la hora de organizar un aula… y mucho más imperfectos en todo lo demás. Me refiero a filas y columnas de pupitres perfectamente alineados, cada pupitre un niño, eternamente sentado e inmóvil, haciendo fichas a todas horas y atrapado en la bidimensionalidad del papel. Esa es la forma de educación que todos conocemos. Un sistema donde el alumno sigue al profesor… y en estas llega Cristina; me dice que «es el profesor quien debe seguir al alumno» y me propone recuperar el método Montessori, del que no quedaba ni una escuela en toda Castilla y León.

Así fundamos ‘Montessori León’, con una visión ambiciosa, volcada en dar a conocer las enseñanzas de la doctora María Montessori.

¡Qué duro fue el comienzo! Había que convencer a los padres (y a las propias educadoras) que un Jardín de Infancia no necesitaba juguetes, ni colores saturados en todas las paredes, ni las efigies de Blancanieves y los siete enanitos (a tamaño natural) en los cristales. Tiempos de ‘lucha cordial’ con nuestro primer equipo de educadoras, todas ellas diplomadas en magisterio, para hacerles ver que no era necesario tener a los niños haciendo fichas, que tenían que desaprender algunas cosas de las aprendidas en la facultad, que toda ayuda innecesaria retrasa el desarrollo y la autonomía del niño….

Y yo, que no soy educador, comencé a dudar que se pudiera trabajar Montessori con niños tan pequeños. Una de nuestras profesoras me llegó a decir: «Cristina quiere lo imposible porque Montessori es un Método idealista que sencillamente no se puede llevar a la práctica».

Esas eran las dudas allá por el año 2008. El desconocimiento del Método era la barrera y así Cristina contactó con la Vicepresidenta de la Asociación Montessori España, Lourdes Cordero, quien —felizmente para nosotros— era leonesa.

Lourdes fue una ayuda fundamental, trabajaba en el Colegio Montessori Internacional en Madrid, pero se ofreció a dar unas jornadas prácticas a nuestras educadoras. No fue tanto un curso como una terapia. Seguramente no nos dijo muchas cosas nuevas que no hubiéramos oído ya de boca de Cristina, pero el hecho de que alguien de fuera y que trabajaba en un colegio Montessori nos contara sus experiencias (las cuales coincidían con lo que Cristina decía de Oxford), fue determinante para que todo el equipo cambiásemos de mentalidad. A partir de ahí la mejora fue espectacular en nuestro centro. Pero Cristina no se conformaba. Veía como ante la confusión de los tiempos surgían y se publicitaban formas de educar, que llenas de buenos propósitos, no estaban a la altura de Montessori (véase las innumerables escuelas de educación alternativa). Así, en 2013 fundó Investigación Montessori con el fin de difundir y hacer llegar el Método por toda la geografía española.

En la actualidad, Investigación Montessori, lleva impartidos más de 50 cursos de introducción al Método. Hemos sido contratados por importantes colegios de todo el norte de España, en especial Euskadi y Galicia, para formar a sus profesores. El interés en el Método Montessori ha ascendido exponencialmente en los últimos años, y en España algo ha tenido que ver Cristina por cuyas manos ya han pasado más de 1.000 alumnos, profesores de infantil casi todos… y ahora llega el gran reto. Desde el 1 de septiembre Montessori es el Método elegido por el Colegio Internacional Peñacorada para su etapa de pre-infantil, en un ambicioso proyecto que pretende constituir un Jardín de Infancia de referencia a nivel nacional.

Y los resultados se podrán ver muy pronto, porque la Pedagogía Científica es la mejor de las opciones para educar. Fruto del trabajo y la inspiración de una de las grandes mentes de nuestro tiempo. La que fue primera mujer médico italiana, ingeniero, pedagoga, mentora de Piaget, nominada al premio Nobel en tres ocasiones y a pesar de todo ello, minusvalorada en su condición de mujer por la época en que le toco vivir, los primeros años del siglo xx. Hablamos de la doctora María Montessori.