Diario de León
Publicado por
fuego amigo ernesto escapa
León

Creado:

Actualizado:

E n Carrocera, que es mi pueblo, confluyen los valles de Cuevas de Viñayo y de Santiago de las Villas. A este ángulo de Luna, fronterizo con los pueblos de Alba, Gordón y Ordás, se le llama el Rincón, que es una forma directa de señalar su enclave esquinado respecto al curso del río que da nombre a la zona. Sus pueblos no están de paso hacia ninguna parte y sólo se llega a ellos por elección, nunca por azar. Si volvemos la vista hacia la cordillera, mi pueblo es una excelente lanzadera para disfrutar de los valles y puertos de verano de Cuevas y Santiago. Al otro lado de la Lomba, está Viñayo, con la llave de Piedrasecha y de los Calderones. Este escenario natural, que tuvo un par de minas de carbón en la posguerra, padece desde hace décadas la erosión de una cantera que cercenó la peña caliza del pueblo, y más recientemente, el destrozo de la arenera Victoria, que reventó el Valle Grande, cortando caminos y dejando a la vista peligrosos pozos de lavado e inadvertidas balsas de decantación. Todo en estado de perfecto abandono, contraviniendo el estudio de impacto ambiental que acompañó su autorización en el boletín oficial hace menos de dos años.

Las minas cerraron en la década de los sesenta, dejando un rastro de escombreras, lavaderos y pozos a los que nunca alcanzó el beneficio de la restauración ambiental. Con la llegada de la crisis, la labor extractiva de la cantera caliza se vio muy mermada, sin que llegara a cesar su actividad. El boletín oficial de Castilla y León de 2 de enero de 2015 autorizó la arenera en el paraje del Camparón, que después de una breve etapa de manejo a su aire, tiene parada su actividad, sin cumplir con ninguna de las cautelas reparadoras establecidas en el estudio de impacto ambiental difundido en el boletín junto a la autorización. Situada junto al monte de utilidad pública 88 de Carrocera y Santiago, alteró el cauce del arroyo, contraviniendo la prohibición expresa de la Confederación Hidrográfica del Duero, cortó los caminos públicos de acceso al monte y masacró una zona comunal de pastos, prados cercados con sebes y matas de robles.

Con el espanto de haber transitado la zona este verano, y alertado por las quejas vecinales, busqué el estudio de impacto ambiental y en su literalidad encontré la exigencia de mantener franjas de protección de 4 metros a los caminos públicos, que tienen que cumplir la servidumbre de paso, así como una descripción muy precisa del proceso de restauración, empezando por la retirada y almacenamiento del suelo fértil para su reposición. Pero en la Delegación de la Junta se llaman andana, ignoran sus propias exigencias y miran para otro lado, ante las reclamaciones la junta vecinal. Son tan educados, que no quieren molestar.

tracking