Diario de León

S. Juan Bautista, Alfonso IX y Santo Martino

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El pasado 25 de abril, la revista Viajes National Geographic otorgaba a León el premio que reconoce a nuestra ciudad como ‘Mejor Destino Urbano de España’. Según dicha publicación, esta distinción está avalada por el voto favorable de miles de personas, dentro del marco de los Premios de los Lectores 2023, lo que confirma que «León es una de las ciudades de imprescindible visita en España» y verifica que atesora un patrimonio singular que aúna acervo histórico, belleza arquitectónica, riqueza natural y cultural y oferta gastronómica.

Entre los monumentos que componen ese patrimonio, que convierte a León en centro de atracción turística, destaca con luz propia la Real Colegiata Basílica de San Isidoro, que desde tiempo inmemorial goza del augusto privilegio que representa la exposición perenne del Santísimo Sacramento. Romance pétreo del románico hispano, Panteón de Reyes, venerable hito en el Camino de Santiago y BIC desde el 9 de febrero de 1910, su claustro fue escenario de la Curia plena, «in primordio regni mei», convocada por el rey leonés Alfonso IX en la primavera de 1188, a los tres meses de su reinado, cuando apenas contaba diecisiete años de edad, que dio lugar a los famosos ‘Decreta’ de 1188. El 18 de junio de 2013, hace ahora diez años, la Unesco otorgó a dichas disposiciones legislativas el título de ‘Memoria del Mundo’.

Los responsables de la Unesco apoyaron su decisión en las siguientes afirmaciones: «El corpus documental de los ‘Decreta’ (o Decretos) de León de 1188 contiene la referencia al sistema parlamentario europeo más antigua que se conozca hasta el presente. Estos documentos, cuyo origen se remonta a la España medieval, fueron redactados en el marco de la celebración de una curia regia, en el reinado de Alfonso IX de León (1188-1230). Reflejan un modelo de gobierno y de administración original en el marco de las instituciones españolas medievales, en las que la plebe participa por primera vez, tomando decisiones del más alto nivel, junto con el rey, la iglesia y la nobleza, a través de representantes elegidos de pueblos y ciudades».

Este reconocimiento oficial se resume en esta justísima y honrosísima titulatura: ‘León, cuna del parlamentarismo’. Por ello, los próximos 30 de junio, Día Internacional del Parlamentarismo, fecha declarada así en mayo de 2018 por una resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas, y 1 de julio se llevará a cabo en nuestra ciudad la cumbre de presidentes de parlamentos de la Unión Europea, que inaugurará, el referido día 30, S. M. el Rey de España, don Felipe VI, y donde está previsto aprobar ‘La Declaración de León’.

Alfonso IX nació en Zamora el 15 de agosto de 1171, a la hora de tercia, que se corresponde actualmente con las nueve de la mañana, fruto de la unión de Fernando II, hijo menor del emperador Alfonso VII, con Urraca de Portugal. Bautizado en la catedral zamorana, le pusieron el nombre de Alfonso porque era el de sus dos abuelos, el citado Alfonso VII, por el lado paterno, y Alfonso Henríquez, primer rey de Portugal, por el lado materno. Reinante durante 42 años, murió en Villanueva de Sarria, provincia de Lugo, el 24 de septiembre de 1230, camino de Santiago de Compostela, después de haber conquistado Badajoz, y en plena peregrinación hacia la tumba del apóstol Santiago. A mi juicio, Alfonso IX es uno de los reyes más importantes y, sin embargo, uno de los más olvidados de la Historia de España.

Siendo niño, Santo Martino de León le curó de una afección ocular lavándole los ojos con el agua, guardada en el templo dedicado al santo hispalense en una redoma árabe del siglo X, procedente de aquélla que había manado del pavimento del altar de San Isidoro, precisamente en la festividad de San Juan Bautista, ocho días antes de la muerte de Alfonso VI, acontecida en Toledo el uno de julio de 1109, tal como lo refiere Lucas de Tuy en el capítulo 42 del Libro de los Milagros del Doctor de las España. Este hecho y esta causa reforzarán ulteriormente la vinculación del monarca leonés con la iglesia del Doctor de las Españas.

La devoción al Santo Precursor tiene en León raíces ancestrales. En la Real Colegiata Basílica de San Isidoro se guarda la supuesta mandíbula de San Juan Bautista, donación atribuida a una dama llamada Fonsina. Consta documentalmente que en 1043 la reliquia recibía culto en el citado templo. Antonio Viñayo, en su obra La Colegiata de San Isidoro-León [1974, pg. 43], anotó que: «cuatro templos conocemos documentalmente en el solar de la Colegiata. El primero, dedicado a San Juan Bautista, aparece ya a mediados del siglo IX. En 966 se le añade el título de San Pelayo, cuando el santo niño mártir de Córdoba fue trasladado a León. Todo fue arrasado en la irrupción de Almanzor, a finales del siglo X…». Como se sabe, Alfonso V (999-1028), a principios del siglo XI, decidió su reconstrucción «ex luto et latere», esto es, de barro y ladrillo; el actual afirma sus orígenes en 1063, a raíz de la llegada de los restos de San Isidoro a León.

Estos renglones provienen de la evocación. Y están motivados por la festividad de San Juan Bautista y la próxima celebración en León de la cumbre de presidentes parlamentarios de la Unión Europea.

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