Diario de León

CRÓNICAS BERCIANAS

El chantaje tiene las patas cortas

León

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LA PALABRA inglesa para referirise al chantaje es blackmail. Me gusta el inglés porque con este idioma siempre dices lo que quieres realmente significar. No hay en él lugar para la duda. Es el viejo aforismo de Humpty al hablar con Alicia: «Cuando yo uso una palabra quiero que signifique exactamente lo que yo deseo decir, ni más ni menos». Black significa negro, mientras que mail es correo. Correo negro. Correo oscuro, ¿regalo? envenenado: chantaje. El telón de esta historia se levantó mucho antes de las elecciones municipales; comenzó antes incluso de que se decidiera que Carlos López Riesco sería el candidato a la alcaldía de Ponferrada. Fue entonces cuando comenzó este correo con recargo entre el Bierzo, León y Valladolid. Un alto cargo de Castilla y León me lo decía hace pocos meses. «El problema comenzó cuando permitimos que Fátima fuera incluida en las listas por Priaranza». De ahí se pasó a la batalla por los avales a la Diputación, a la capitulación del partido ante las reivindicaciones de la presidenta comarcal a cambio del apoyo de ésta y sus tres escuderos al presidente, Javier García Prieto - que el sábado no mostraba ningún síntoma de temor ante las amenazas de la «reina» berciana-, a la permisividad ante su negativa a presentar candidato a la presidencia del Consejo Comarcal, y un largo etcétera. A fuerza de chantaje, Fátima López Placer ha ido consiguiendo todas sus metas políticas, pero ya saben lo que dicen: el poder conseguido por medios culpables nunca se ejercitó en buenos propósitos. «Te digo que vamos a ser vuestra peor pesadilla en la campaña electoral». Esta frase, realizada por alguien a quien le «nacieron los dientes» en el PP, deja muy claro los intereses que le mueven. Es normal y saludable que en un partido haya diferentes sensibilidades, familias y puntos de vista; lo contrario no sería democrático. Pero a la política se va a servir; el reflexivo debe quedar fuera de la práctica en un formación de estas características. Los grupos de presión, los lobbies no deben estar guiados por intereses totémicos. Eso debe quedar para partidos de medio pelo, no para el que, hoy por hoy, representa a la mayoría. La fotografía de la frontpage del domingo era absolutamente reveladora. La cara de Fátima ante Mariano Rajoy destilaba sobre todo miedo. Las largas horas de espera dieron para mucho. Los nervios solo se econdían en una de las partes. La vicepresidenta de la Diputación Provincal -en un papel de María Magdalena- parecía implorar que se le perdonaran todos sus pecados ante un Mesías que le miraba desde la altura del poder con gesto entre desdeñoso e incrédulo. Mariano Rajoy la atisbaba por encima de sus gafas, como uno de esos curas de antaño que no hace caso de los menesterosos que acuden a su iglesia para acogerse a Sagrado. Entre ambos, Morano, y más allá, el presidente del partido en León. José María López Benito, con una sonrisa que deja poco sitio para las dudas. Aún queda el órdago lanzado por Ángel Escuredo en el amenaza con abandonar al César en el paso del Rubicón. Veremos.

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