Estafas en la red

AYER RECIBÍ un correo de un tal Wallace Taylor, alguien que dice ser el hermano del ex presidente de Liberia, Charles Taylor. En spanglish me pide dinero para invertir en la industria hotelera española. El estafador electrónico me asegura que tanto él como su familia consiguieron huir de Liberia en un avión de Cruz Roja y me explica que en estos momentos se encuentran en un campo de refugiados en Gales. La misiva termina con un «Dios te bendiga» y la dirección de correo electrónico a la que tengo que escribir en el caso de que decida emprender esta aventura financiera. Lo que más me llama la atención de esta carta es que alguien conteste a la llamada, me maravilla que siga habiendo primos que caigan en la trampa de la codicia y palmen. Para que se produzca una estafa se tienen que dar dos circunstancias: la avaricia del primo y la confíanza de éste en la buena voluntad del que está a punto de asaltar su patrimonio. Esto es lo que más me llama la atención. ¿Cómo es posible hoy en día que haya alguien que siga creyendo en la generosidad de los extraños? Nadie da nada a cambio de nada, sobre todo cuando hay dinero de por medio. ¿Quién es el primo en el caso de Torre del Bierzo? Vayamos por partes. Para empezar, tenemos un partido, el PSOE, que debía sin duda conocer los vicios o, mejor, las debilidades de una mujer, María José Estrada, que -estoy segura- tenía ya antes de mayo del 2003 varios frentes abiertos. Sus dirigentes te lo admiten «soto voce», pero cometen la irresponsabilidad de ponerla al frente de un ayuntamiento; o ¿es que no habían pensado en la posibilidad de que pudiera ganar? La siguiente en la lista es la propia Estrada, que realiza la presunta irregularidad de firmar varias letras con el sello del Ayuntamiento de Torre en beneficio de un empresario que, presuntamente, le había prestado no menos de 18.000 euros, dinero por el que la propia alcaldesa firma un pagaré. Estos documentos se rubrican el mismo día en el que se concede una obra al generoso emprendedor, obra que no se llegará a ejecutar con ella en el sillón del Consistorio. ¿Qué decir de los votantes de esta localidad de Torre del Bierzo? Gentes castigadas por las políticas de la reconversión minera, de las que he podido comprobar que son poco dados a hablar a destiempo, y que, tal vez, tienen que apostar a caballo perdedor. Y, en estas, se publica un pastel que, de pura comidilla ya estaba realmente revenido; y los ciudadanos tienen que asistir atónitos a un culebrón al que ninguno de sus representantes públicos parece atreverse a poner un punto y final. Lamentable la imagen de ocho concejales tratando el futuro de la gestión para la que han sido comandados por la ciudadanía en un restorán, en plena noche y con la mesa acicalada de cervezas. Impropio el lugar -encuentros como éste deben permanecer en secreto hasta que se presente la solución-, impropio el tiempo -un caso así ya debería haberse resuelto- e indignos los políticos. Menos mal que tenemos la suerte de votar por candidatos que han elegido otros.