Diario de León
Publicado por
MANUEL ALCÁNTARA
León

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NADIE recuerda, entre tantas y tantas promesas electorales, que algún partido nos haya hecho la oferta de subir los impuestos. Hemos recibido otras más sugestivas y las hemos rechazado, cosa que no podremos hacer con el incremento del precio del alcohol y del tabaco. ¿Por qué no nos avisaron de que se iban a encarecer las copas y los cigarros? Hay que tener en cuenta que mucha gente bebe para olvidar las caras de nuestros gobernantes y fumando espera que la clase política alcance el nivel que el sufrido pueblo español se merece. Subir los impuestos especiales que gravan esas dos cosas, consideradas dañinas, es lo que más daño hace al bolsillo de muchas personas. ¿Por qué no figuraba ese proyecto en los programas electorales? Ningún orador nos lo anunció en uno de esos mítines donde las ideas se sustituyen por los decibelios. Y no es que nos falle la memoria: lo que nos fallan son los políticos. Ahora nos dicen que la actualización de la tarifa del IRPF, que suena al RIP de las esquelas, supondrá un ahorro de 175 millones de euros para los contribuyentes. Le ha caído buena al ministro de Economía y vicepresidente segundo, Pedro Solbes, que tiene un amplio crédito entre tirios y troyanos, con los primeros Presupuestos de la era Zapatero. Lo más difícil será paliar el déficit sanitario que sufren las comunidades autonómicas y lo más fácil es subir los impuestos. Nos habían prometido, como siempre, edificar viviendas muy céntricas en los arrabales, construir plazas de toros donde todas las entradas fuesen de barrera y levantar puentes incluso en los pueblos por donde no pasa ningún río, pero ya dijo Quevedo que a las promesas hay que mirarlas como a espías. Son una cuestión de memoria. Por eso es una idea excelente la que IU ha propuesto en Andalucía: que el Defensor del Pueblo evalúe el cumplimiento de las promesas electorales de los distintos partidos. Por lo menos, sabremos quiénes eran los más inconscientes y quienes mentían más a conciencia. Quiénes hablaban por no callar y quiénes hubieran estado más guapos.

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