Diario de León

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QUERIDO Juan (Clérigo Delgado): Pido tu ayuda por las vicisitudes que estoy pasando en esta nuestra tierra leonesa. Sabes que fuimos condiscípulos en el «Instituto Padre Isla», en aquellos tiempos en que la leonesidad era siempre hispánica. Pero ahora parece no solo que somos extranjeros los advenedizos sino que los propios leoneses nos tachan de exógenos . Como me siento alarmado y un poco desequilibrado , acudo a tus saberes, pues como ya sabes, los míos -ay, tan pocos, son jurídicos y de letras-. He leído con asombro -y eso perturba mi mente- que el denominado «Conceyu Xoven» llama a la Policía Nacional: «fuerza militar de ocupación extranjera». Eso me lleva a años atrás en el País Vasco en que se decoraban -es un decir- las calles con frases similares . Ahora, algo se ha avanzado y tenemos las páginas webs globalizadas. Si lo que es nacional se rechaza por lo leonés, se está cometiendo un pecado de lesa leonesidad , porque no hay nada más universal-hispánico que lo leonés. De manera que en este brainstorming al que me han sometido los nacionalismos me creo que estoy en un manicomio -creo que ahora se llaman centros de atención psiquiátrica- y espero que trasladen a esos muchachos de la UPL mis enfermedades mentales; porque, según se dice, la esquizofrenia, viene de dos palabras ( skizo y phreu ) que como tu sabrás mejor que yo significa escindir la inteligencia . Y ahora te pregunto: ¿quién te encuentra es ese estado, los del Coseyu o yo?. Tú sabes que los psicópatas mantienen una alteración de la conducta social. Tengo respeto para todos los partidos políticos, menos para los nacionalistas y ello, por la razón de que me producen una perturbación mental (paranoia ) y desestabilizan mi sentimiento leonés. Cuando oigo llamar a una provincia advenediza que es una «territorio histórico» me entran ganas de reír o acudir a la historia de nuestra Comunidad y leo: «...Un siglo vivió la dinastía asturiana hasta el año 1037 , que se unió a Castilla , titulándose sus reyes de Castilla y León »- Guía del Antiguo Reino de León, 1886, página 454- me entra un ánimo de universalidad que rechaza todo localismo. No he tenido ocasión de consultar los estatutos de la UPL, pero dado la nomenclatura me lleva a considerar varios aspectos: A) La Unión no puede predicarse separándose de los demás , postulando una univocacidad aisladora y primigenia; B) la invocación al pueblo, es el remedio de quien solo posee lo visceral; como dejó escrito Unamuno: «Y no hay pueblo que conserve su personalidad aislándola... el que está a la defensiva perece al cabo» . Aquí se creen que la democracia es la presencia popular de lo leonés; pues no, lo importante no es la presencia sino la esencia de lo leonés que es la leonesidad ; y C) enlazado con esta idea está lo que debe de entenderse como lo leonés llevado a la política- o manejado por los políticos - que la entienden como una actuación personal sin ninguna consideración trascendental. Como dejó escrito Ortega y Gasset -lo siento pero admiro a los del 98- lo esencial en el político es que tenga «intuición histórica» . Y querido Juan, ¿tú puedes creer que nuestros nacionalistas tienen esa intuición histórica al desligarse la españolidad ?. ¿Tú puedes creer, amigo Clérigo, que se puede desligar el leonesismo del propio juramento -o promesa- de los procuradores en Cortes porque reniegan de la Comunidad, y ahora, reniegan de España? ¿Cómo puedo estar yo -querido amigo psiquiatra- que siempre he presumido de leonés allende de nuestra tierra, al conocer la reivindicación del Conceyu de las tierras de Braganza? ¿Y cómo quieres que me sienta al saber que los ideólogos de los nacionalistas leoneses reivindican un dialecto o la promoción del burro zamorano?. A qué puede llevar este leonesismo sino a la paranoia y pedir cita diaria en tu consulta para expulsar de mi pensamiento todas la ilusorias pretensiones de nacionalismo. Creo que antes de nada, debe de exponerse una propuesta intelectual acorde con los problemas. Me gustaría -para salir de este manicomio- que se propusiera una prevención de los montes leoneses, que se cuidarán nuestra riberas, la fauna, los castillos, reivindicar lo próximo, acudir a la leonesidad hispánica como marca de nuestra casa. Así que me encuentro en lo que Maeztu llamaba una «desorientación nacional» . Porque si acudo a los guías de la política leonesa -yo que la quiero exportar- me encuentro con cuatro ideas aldeanas y trasnochadas, y copiadas de quienes ni tiene historia ni proponen un futuro en comunión. Podrás pensar que, como paciente, no tengo las ideas muy claras; pero es que habiendo padecido un nacionalismo excluyente, tropiezo en mi propia casa con una muro que se escuda en lo que entiende algunos por leonesismo. Me niego a entrar en ese club. Y mientras estoy a la intemp erie dame una receta de serenidad y un antídoto para el sentimentalismo de la absurda leonesicracia.

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