Diario de León

CiU amenaza al PP con la ruptura por la sentencia del TSJC sobre el catalán

Los populares pretenden forzar al Govern a cumplir la sentencia en toda su extensión.

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Cristian Reino | barcelona
León

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El matrimonio de conveniencia, o la pareja de hecho, que forman CiU y el PP en Cataluña corre el riesgo de saltar por los aires por culpa de la batalla lingüística.

El ultimátum de dos meses que le ha dado el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) a la Generalitat para que proceda a la revisión de la política de inmersión lingüística en las escuelas volvió a enfrentar a los partidos catalanistas con los constitucionalistas y amenaza con abrir una brecha entre CiU y el PP. Los populares presentarán hoy una propuesta en el Parlament con la que pretenden forzar al Govern a cumplir la sentencia en toda su extensión. Si el Govern incumple este auto, «deteriorará las buenas relaciones» que mantiene con el PP, dijeron desde las filas del Partido Popular. La respuesta de la Federación nacionalista la dio este domingo Oriol Pujol, número tres de la formación: «Si el PPC hace ‘casus belli’ de esto, dejará de ser un compañero de viaje para CiU».

El fallo sobre el modelo de inmersión lingüística ya ha provocado, por tanto, la primera bronca en la pareja CiU-PP, cuando apenas habían regresado de la luna de miel. Sin embargo, no hay que obviar que dentro de dos meses y medio hay elecciones generales y, en función de lo que decida el TSJC sobre el recurso del Govern, puede que la crisis no sea más que una tormenta de verano, propicia para que cada uno saque pecho ante su electorado. En cualquier caso, en Cataluña, los más mal pensados, fruncen el ceño al ver que el auto del TSJC llegó el mismo día en que se reformaba la Constitución sin el visto bueno de los nacionalismos periféricos.

Y es que, para un amplio sector de la sociedad, ambos episodios (y la sentencia sobre el Estatut) son la misma cara de una moneda que tiene un propósito claro de ir diluyendo el autogobierno catalán, de ir arrinconando la identidad catalana y de ir poniendo trabas a la cohesión de la sociedad, como reflexionaba Jordi Pujol ayer en un diario catalán.

Un pasado complicado. No obstante, la relación entre CiU y PP, como en todas las parejas, siempre ha sido complicada. El pacto del Majestic, suscrito en 1996 entre José María Aznar y Jordi Pujol y que entre otras cosas suponía la aceptación por parte del PP de la Ley de Política Lingüística, dio paso al periodo de mayor entendimiento entre ambos, que se prometieron apoyo mutuo en Madrid y Barcelona. El idilio (el de la época en que el ex presidente del Gobierno hablaba catalán en la intimidad) duró cuatro años, hasta que el PP logró la mayoría absoluta en el 2000.

Luego vendría casi una década de desencuentros. Hasta este año. Porque antes del verano, CiU y el PP oficializaron el inicio de una «nueva etapa de relaciones» con la aprobación, gracias a la abstención de los populares, de los presupuestos de Cataluña.

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