La madre de dos niños muertos en el 2010 en Valladolid aparece ahorcada en su celda

La madre de los dos hermanos hallados sin vida en una vivienda del barrio de Parquesol de Valladolid el 9 de diciembre del 2010 apareció el domingo muerta en la cárcel de Villanubla, en Valladolid, donde estaba ingresada en régimen de prisión provisional a la espera de juicio, que se tenía que celebrar el próximo 9 de mayo con jurado popular. La víctima, María del Carmen S.C., de 41 años, fue hallada por una compañera que entró en la celda para avisarla de que era hora de cenar. La encontró suspendida del techo por un cordón anudado al cuello, según han informado fuentes de la Delegación del Gobierno en Castilla y León.

Los servicios médicos del centro efectuaron maniobras de reanimación pero no pudieron más que certificar la muerte de la reclusa. La fallecida era la principal sospechosa de la muerte de sus dos hijos, María y Jairo, de 11 y 9 años respectivamente. Los niños fueron hallados muertos en su domicilio en el portal número 7 de la calle Profesor Adolfo Miaja de la Muela de la capital vallisoletana, en el barrio de Parquesol, al sur de la ciudad. La policía constató que los pequeños no presentaban aparentes signos de violencia.

La autopsia determinó que los niños murieron por asfixia mecánica --les taparon la boca y la nariz con un trapo-- después de haber sido sedados con un fármaco. Se enfrentaba a 40 años de cárcel El 12 de diciembre del 2010, el Juzgado de Instrucción número 1 de Valladolid ordenó prisión provisional, comunicada y sin fianza para la mujer. La fallecida se enfrentaba a una posible condena de 40 años de cárcel como autora de sendos delitos de asesinato, con las agravantes de premeditación y parentesco, tal y como solicitaron el Ministerio Fiscal y el padre de las dos víctimas, que, por el mismo orden, interesan el pago de indemnizaciones por importe global de 240.000 y 30.000 euros.

El abogado de la mujer argumenta que en el momento de los hechos sufría un episodio de trastorno mental. Las acusaciones pública y privada coinciden en que la fallecida actuó con premeditación y achacan su conducta a un intento de vengarse de su exmarido, profesor de Educación Física del Instituto Ramón y Cajal, a raíz de la ruptura de la pareja en el 2008 y el empeoramiento de las relaciones entre ambos. Una sentencia de abril del 2010 en la que se ampliaba el régimen de visitas en favor del padre pudo incrementar aún más la animadversión de ella hacia él y a tomar la decisión de asesinar a sus dos vástagos para tomarse la revancha.