huelga de taxistas
Bruselas respalda a las aplicaciones de transporte en la guerra del taxi
El auge de Uber resalta las fricciones entre sectores tradicionales y nuevos servicios.
Organizaciones del taxi se manifiestan en contra de la llegada de la aplicación Uber.
Lo de encontrar un taxi ayer en Madrid fue una tarea simplemente imposible. Sin servicios mínimos fijados —en las centralitas confesaban que apenas había un par de coches en toda la ciudad para «cosas de emergencia»—, a las seis de la mañana comenzó el paro de 24 horas contra el intrusismo de los servicios que hacen negocio del uso compartido de coches particulares.
Los mayores problemas se dejaron sentir a media mañana cuando cerca de 16.000 vehículos atravesaron el Paseo del Prado, una de las principales arterias de la capital, en una marcha que terminó en el Ministerio de Fomento, donde los organizadores del paro entregaron sus reivindicaciones.
En Barcelona, única ciudad española donde opera Uber por el momento, el respaldo a esta movilización fue bastante amplio y aunque la jornada transcurrió con normalidad, algunos piquetes se dejaron notar en el aeropuerto del Prat, la estación de Sants así como en el centro de la ciudad.
En Europa la cosa fue muy parecida. Sirva París como ejemplo. En plena hora punta, con cientos de miles de franceses acudiendo a sus puestos de trabajo desde la periferia, la capital gala coleccionó retenciones de hasta 300 kilómetros de atasco. A primera hora bloquearon los accesos a los principales principales aeropuertos y posteriormente acudieron al centro de la ciudad. Por lo visto ayer allí y en lugares como Nantes o Marsella de poco ha servido el informe encargado por el Gobierno para crear un espacio de convivencia entre ambos servicios.
En las calles de Londres, 10.000 ‘cabbies’ —nombre que reciben los taxis allí— se movilizaron para bloquear durante una hora algunas de las zonas más emblemáticas de la ciudad como son Convent Garden, Trafalgar Square o el área cercana al Parlamento de Wetsminster, dificultando el siempre complicado tráfico de la ciudad. Hamburgo o Berlín, en Alemania; o Milán, en Italia, fueron otras de las urbes que vivieron con intensidad esta protesta
Las reivindicaciones mostradas ayer venían fortalecidas por la amenaza de Fomento de multar a aquellos usuarios y empresas que transporten a terceros con fines lucrativos sin autorización, algo contemplado en la Ley de Ordenación de los Transportes Terrestres.