Diario de León

investigación DE LA UNIVERSIDAD DE CALIFORNIA

El lobi del azúcar usó tretas para ocultar los perjuicios en la salud

Durante años influyó en las políticas públicas de sanidad e investigación de EEUU. Los autores del estudio denuncian tácticas similares a las de las tabacaleras

Una factoría de azúcar de Cuba.

Una factoría de azúcar de Cuba.

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IDOYA NOAIN / NUEVA YORK
León

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En el 2007 la dentista Cristin Kearns se quedó escandalizada cuando, en una conferencia profesional que debía educar sobre la relación entre enfermedades de las encías y diabetes, escuchó a supuestos expertos en salud dental tanto del sector privado como del Gobierno obviar los efectos nocivos del azúcar. Salió de aquella reunión en Seattle dispuesta a investigar y su determinación ha ayudado a desvelar las argucias y estratagemas de la industria del azúcar en Estados Unidos entre los años 60 y 70, tácticas que se han comparado a las que usó la industria del tabaco y que lograron afectar a políticas de salud pública e investigación.

Como las tabacaleras, por ejemplo, la industria del azúcar fue consciente pero ocultó los riesgos que su producto implicaba para la salud. En concreto, y según algunos de los 319 documentos que Kearns localizó en la Universidad de Illinois (1.500 páginas de cartas, actas e informes), ya en 1962 la Asociación Azucarera reconocía en memorandos internos los vínculos del azúcar y enfermedades crónicas, aunque siga negándolos públicamente actualmente.

La investigación de Kearnes, Stanton Glantz y Laura Smith ha sacado a la luz también la influencia que la industria tuvo en Washington a la hora de determinar políticas de investigación y recomendaciones sobre salud pública referidas al consumo de azúcar. EEUU, por ejemplo, puso a finales de los años 60 en marcha el Programa Nacional de Caries, que se marcó como meta erradicar ese problema para finales de la década siguiente. Cuando se creó un comité que debía marcar directrices de investigación, nueve de sus 11 miembros prestaban también sus servicios en la Fundación Internacional de Investigación Azucarera, el brazo científico de la industria privada.

POLÍTICA AL DICTADO

Con esa coincidencia no extraña que casi el 80% de las recomendaciones que hacía el sector privado fueran adoptadas por el comité gubernamental (la mitad de ellas replicadas casi literalmente) o que quedaran fuera investigaciones potencialmente dañinas para la industria mientras se perseguían las que el sector privado favorecía. El Gobierno, por ejemplo, respaldó la búsqueda de una vacuna contra las caries o proyectos destinados a producir enzimas que ayudaran a romper la placa dental. Se potenciaron investigaciones en el uso de fluor y productos de sellado pero nunca se llegó a sugerir algo que hoy muchos científicos ven básico: reducir la cantidad de azúcar en la dieta.

«La comunidad de dentistas siempre ha sabido que para prevenir el deterioro dental hay que restringir la ingesta de azúcar y decepciona enterarse de que las políticas que debatimos hoy ya podrían haberse abordado hace más de 40 años», explicó Kearns en el comunicado que acompañó la publicación de su investigación el martes en PLOS Medicine (ya había publicado previamente un artículo de denuncia en el 2012 en la revista progresista Mother Jones).

PROTEGER BENEFICIOS

La industria, por su parte, ha intentado escudarse en lo antiguo de la documentación. Kearns y sus colegas han reconocido que han abierto solo una «estrecha ventana» al pasado pero, como ha recordado Glantz, sus conclusiones son «una llamada de atención para que los cargos gubernamentales encargados de proteger la salud pública entiendan que la industria azucarera, como la del tabaco, busca proteger beneficios antes que la salud pública». Asimismo, según Smith, es un recordatorio de «lo que puede pasar si no velamos por mantener la integridad científica».

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