Esa creu no es cruz

Que le hayan dado la «Creu de Sant Jordi» a uno que nació en Mansilla de las Mulas no es ninguna cruz, sino unas alas para volar por los cielos de Cataluña sin que te disparen no más que respetos y admiración. Jose Antonio Fernández «Fer» ha recibido más que merecidamente esa alta distinción que otorga cada año la Generalitat casi exclusivamente a entidades y gentes catalanas, entre las que «Fer» nunca ha dejado de ser el leonés que lo firma con sangre de chorizo en el plato de sus cocidos a los que acuden a rechuparse lo mismo Carod Rovira que el abad de Poblet o la guardia civil («Fer» es hijo del cuerpo y la primera persona en quien pensó tras llamarle la consellera comunicándole la concesión de esa Cruz fue en su padre, Amador, que era de Sorríos de Ordás y cuyo destino benemérito le llevó de Mansilla a Cataluña; hoy estaría dichoso al ver reconocido como predilecto al hijo que llegó como ¿extranjero?). .. de la misma forma que de guaje, estudiando «Fer» unos años en los dominicos de La Virgen, nunca dejó de ser aquí «el catalán» que le decían.

Supongo que la doble «cuna», la doble querencia -y atajar por la senda del humor, claro, reírse de uno mismo antes que del otro-, le hizo entender mejor a la gente y a un país cuyo lema no es el «Plus ultra» del escudo nacional, sino «Revueltos, pero no juntos» que cualquiera puede leer si le da la vuelta al escudo donde va estampado en letras de fiero fierro (y en toda lengua del estado para que no quepa duda alguna), algo que se supera usando como «Fer» la lengua del corazón que todos entienden, la de los valores humanos que subraya el acta de concesión: «s’ha significat també en el camp de la docència i la difusió dels valors democràtics i cívics des d’una profunda vinculació amb el teixit cultural i un infatigable activisme social». Pero como nunca se ha de perder el humor ni en la alta gloria, al llamar «Fer» a Susana dándonos la noticia añadió: «lo bueno de esta Creu es que, cuando te mueras, la Generalitat te pone una esquela en los medios, qué ilusión»... nunca dejará «Fer» de reírse... y la risa es lo que más odia la muerte, más que a la música.