Por un seísmo gallego

Los andamios han regresado a la Catedral de León, después de muchos meses sin obras. Los nuevos trabajos afectan al hastial norte. El director del Museo Catedralicio, Manuel Pérez Recio, asegura ayer a este periódico que tras el pequeño seísmo que el pasado año sacudió Galicia comenzaron a detectarse grietas y el desprendimientos de varias piedras de la fachada norte. Tras la presentación de una memoria valorativa de los daños, la Junta acaba de conceder una partida de urgencia para restaurar los efectos de un terremoto que en León ni siquiera fue perceptible. Resulta curioso que la torre de San Isidoro se encuentre inmersa en plenas obras de rehabilitación y que éstas traten de subsanar las profundas huellas que dejó hace dos siglos el terrible terremoto que asoló completamente Lisboa. Los dos monumentos más emblemáticos de León parecen especialmente sensibles a los movimientos sísmicos que se producen en el noroeste de la Península. El pasado mes de junio el PSOE y la UPL denunciaban el «abandono» de la Catedral y culpaban a la Junta del «parón» de las subvenciones tanto para la conservación del templo como para la reapertura del Taller de Vidrieras. La Junta también ha comprometido una subvención de entre 180.300 y 300.500 euros para reanudar los trabajos de restauración de las vidrieras del cuerpo superior, las del cuerpo alto y las fábricas que las sustentan, para continuar la labor emprendida desde hace más de doce años por el maestro vidriero Luis García Zurdo.