Diario de León
Un concejo en Villadepalos en el año 2001. LUIS DE LA MATA

Un concejo en Villadepalos en el año 2001. LUIS DE LA MATA

León

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La mentalidad colectiva y la solidaridad vecinal, con el apoyo de los concejos como institución de poder judicial y el recurso de los créditos del Censo Consignatario «que hoy sería impensable» convirtió a la provincia fiscal de León en la que más litigó de todo el norte y noroeste de la península en la Edad Moderna. 

Así consta en la documentación de la Real Chancillería de Valladolid, una especie de Tribunal Supremo entre los siglos XV y XVII, al que llegaban todos los litigios procedentes de lo que hoy correspondería con territorios de las comunidades autónomas de Galicia, Asturias, Castilla y León, País Vasco, Navarra y La Rioja. 

Así lo ha constatado el catedrático de Historia Moderna de la ULE, Laureano Rubio Pérez, autor del libro Usos y costumbres en común. Claves y referencias de la sociedad leonesa (Lobo Sapiens)  que este jueves presentará las XII Jornadas sobre Marginación y Asistencia Social en la Historia que se celebran en el Aula Magna de la Facultad de Filosofía y Letras.

Documento sobre un litigio en Grajal de Campos. FOTO CEDIDA POR ALFREDO MARTÍN

Documento sobre un litigio en Grajal de Campos. FOTO CEDIDA POR ALFREDO MARTÍN

Durante dos días, expertos de León, Salamanca y Valladolid  abordarán los últimos conocimientos que se tienen sobre la población más marginada de la historia, la sociedad, la conflictividad y la familia, con especial énfasis en el período Moderno. En las jornadas se hablará de «los olvidados de la historia», como los define el profesor titular de Historia Moderna y director del curso, Alfredo Martín García. Pobres, vagabundos, presos, mujeres o prostitutas pasan ahora a ocupar el primer puesto de las investigaciones históricas del periodo moderno.

El poder de lo colectivo

El poder de la colectividad y el bien común tuvo en León un fuerte exponente con los concejos vecinales, un instrumento vecinal  para resolver la conflictividad en el medio rural que todavía hoy extiende su poder en las juntas vecinales.

El carácter leonés de defensa de la comunidad convirtió a esta provincia en una de las que más defendió su territorio en los conflictos plateados contra los ‘poderosos’  de la época, como el marqués de Astorga o el  conde Luna, que pedían rentas, tierras o ejercía abuso de poder. «Los procesos más largos y complejos fueron los antiseñoriales porque la nobleza hacía lo que siguen haciendo ahora los poderosos, recurrir y recurrir a otras instancias superiores  hasta que los demandantes se quedaban sin dinero». Estos enfrentamientos generaron una deuda vecinal que en algunos pueblos casi ha llegado hasta nuestros días. 

«La Justicia de León hasta la centralización en el siglo XIX es la gran desconocida de la historia», explica Laureano Rubio. «Gracias  a esa defensa colectiva, que llevó a los pueblos a endeudarse durante generaciones,  el 40% del territorio de la provincia de León son bienes comunales». 

También generaron una deuda que se arrastó hasta el siglo XIX. «Se solicitaba muchos créditos a los conventos  y otras instituciones privadas. También tenían recursos comunales y, sobre todo, una mentalidad colectiva. Pagaban unos intereses fijos y el capital lo devolvían cuando querían. En el siglo XIX, más del 80%  de los 1.400 pueblos de León tenían que pagar todavía el dinero pedido por sus antepasados para litigar».  Los concejos se reunían los domingos a la salida de misa. «Esta sociedad leonesa tenía un carácter de conflicto colectivo, todos a una, como Fuenteovejuna».

Otros conflictos

«Además de litigar contra la nobleza, otros conflictos, que han llegado hasta nuestros días, eran los que tenían que ver con los términos municipales, los montes, los espacios físicos o el agua».

Además de Laureano Rubio Pérez y Alfredo Martín, el comité organizador de las jornadas está formado por María José Pérez Álvarez  y Margarita Torremocha Hernández.

«Un tema sobre el que ya tengo publicaciones es  el relacionado con el ámbito judicial que atañía a las mujeres. Me he centrado, entre otras cuestiones, en los que derivaron del incumplimiento de una palabra de matrimonio, los de estupro, o los «pleitos por incontinencia», explica María José Pérez, que  consulta los protocolos notariales y de los tribunales para sus estudios. 

«A las mujeres siempre se las ha representado con una visión caricaturizada y sumisa», destaca el historiador Alfredo Martín García, «pero ese papel no se corresponde con la realidad. Las mujeres de esa época eran conscientes de su realidad y utilizaban todos los mecanismos legales que tenían para hacerse valer». 

Martín García subraya la apuesta del equipo de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de León por el estudio histórico de la conflictividad, sobre todo en el sector de la población más olvidada. «Siempre se han contado las hazañas de las grandes figuras históricas, pero hay minorías que tienen un papel fundamental en la historia».  

El equipo de la ULE acaba de acceder a un proyecto de investigación competitivo del Ministerio de Ciencia e Innovación, con una duración de cuatro años, para estudiar la realidad de la historia colectiva y comunal del noroeste de España, en el que participan otras provincias. «Vamos a aprovechar estas jornadas para juntarnos con el equipo de Valladolid para poner en común todo el trabajo y organizar congresos con más peso».

Entre los asuntos que abordarán los historiadores es la «relación de violencia» con el servicio doméstico. «El varón era el rey soberano de su casa y podía ejercer la violencia con su mujer, sus hijos o con las criadas, siempre que no pusieran en peligro sus vidas».

Una sociedad «muy violenta que se ejerce en todos los ámbitos» y que no se manifiesta sólo en lo físico sino también en lo verbal. «Esa idea de que los campesinos se callaban y agachaban las orejas no se corresponde con la realidad. Eran más valientes, pleiteaban contra los poderosos, incluso hipotecando los bienes y sus casas. Hoy en día eso sería inviable, pero en esa época se hacía».

Las jornadas comienzan este jueves a las 10.00 y tendrán lugar en el Aula Magna de la Facultad de Filosofía y Letras.

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