Embajadoras tecnológicas

Son mentes creativas que comparten un espacio de colaboración. El laboratorio de ideas tecnológicas Fab Lab de León transforma la iniciativa de las niñas en actitudes poderosas para  el desarrollo profesional.  

El laboratorio, con Nuria Robles al frente, abrió este sábado sus instalaciones coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia para mostrar el trabajo que niñas y niños realizan en los cursos y talleres que organizan durante el año, un proyecto que comenzó hace seis para convertir en proyectos iniciativas digitales.

Uno de esos proyectos es Shemakes.eu es una iniciativa bianual financiada por la Unión Europea con un consorcio de 10 socios de 7 países y en la que ha participado Fab Lab y por la que han pasado 200 menores.

Shemakes (ella hace) acerca a las niñas referentes inspiradores más cercanos que comparten los proyectos digitales y tecnológicos que realizan. En el proyecto colabora la Asociación de Biotecnólogos de León y ha permitido convertir en embajadoras a cuatro menores de la provincia. Carla, Lucía, Adrián y Blanca son agentes de divulgación de proyectos  en otros países.

Dos de ellas han viajado ya con el proyecto Shemakes a Oporto y Atenas. Carla viajó a Portugal y en la capital griega estuvo Lucía Robles, que estudia 3º de ESO. «Vengo a Fab Lab desde que tenía 6 años. Fui la primera poderosa con el proyecto para innovar en ciencia y tecnología.  Fuimos elegidas doce niñas de toda Europa y el año pasado en Semana Santa viajé a Atenas con mi proyecto e-monster, un peluche con un circuito integrado que tiene como ojo una luz que se enciente. Allí me tocó explicar el proyecto a otras niñas».  

Que los niños y las niñas aprendan a explicar al público sus proyectos es uno de los objetivos de la jornada organizada ayer en el laboratorio, en el que los menores mostraron los trabajos que realizan durante todo el año y los explican al público asistente, mayoritariamente familiares.

«El proyecto Shemakes busca reducir la brecha salarial en el mundo textil». Nuria Robles se dirigió a las familias asistentes a la feria para explicar una iniciativa cuya primera fase se ha prolongado durante dos años y acabó en el mes de diciembre. «Somos los responsables del camino del conocimiento infantil». 

Blanca Lorenzo tiene 10 años y es la nueva embajadora que espera la segunda fase del proyecto para viajar a otros países para explicar sus proyectos. Pertenece a la cantera de la escuela de Fab Lab desde hace tres años. Sobre la mesa tiene algunos de los proyectos en los que colabora, como un móvil que mezcla luces de colores, una lámpara táctil o la camiseta con dibujos realizados con un programa que convierte los pítxeles en líneas. 

Los trabajos que se realizan con el proyecto Shemakes tienen como objetivo promover un sector textil más circular y sostenible. «Como embajadora, me gustaría  viajar a otros Fab Lab de otros países para conocer otros proyectos y otras culturas y motivar a otras niñas». Blanca tiene en diseño su propia página web en la que comparte sus trabajos en Notion, el software de gestión de proyectos de Google. «Ahí cuelgo mis proyectos, pongo la descripción en inglés y fotos».

Patricia de la Madrid, ex presidenta y miembro de la Asociación de Biotecnólogos de León, explicó a los niños y niñas para qué sirve la biotecnología e hizo un repaso de los avances en este campo desde los primeros cultivos en la prehistoria, pasando por el descubrimiento de los egipcios para utilizar microorganismos del ambiente para ayudar a fermentar bebidas alcohólicas, hasta las aplicaciones actuales para el desarrollo de los avances en la medicina, la alimentación y modificaciones genéticas.

«Veo en las niñas un futuro potente en León, que es uno de los grandes polos biotecnológicos. En este campo siempre ha habido mucha presencia femenina porque las mujeres lo ven con posibilidades de futuro. La situación actual no tiene nada que ver con lo que había hace 50 años».

Nuria Robles defiende habilitar espacios tecnológicos exclusivos para niñas. «Empezamos solo con niñas y los niños nos pidieron entrar también, así que ahora tenemos un porcentaje de un 55% de niñas y un 45% de niños, pero nos hemos dado cuenta de que cuando hacemos grupos mixtos el número de niñas decae. Las niñas necesitan ese ambiente seguro para sacar el brillo que tienen, necesitan esa autoconfianza que no tienen cuando hay niños también».