Diario de León

El drama de la soledad: «Si no hay a quien llamar vives menos»

-Cáritas pone a disposición de las personas que se sienten solas en los pueblos el teléfono 691 59 98 95. El hematólogo Fernando Escalante y el diácono Miguel Lescún, están al otro lado

Cáritas habilita un número de teléfono para prestar apoyo a las personas que se sienten solas en los pueblos de la provincia. PIXABAY

Cáritas habilita un número de teléfono para prestar apoyo a las personas que se sienten solas en los pueblos de la provincia. PIXABAY

León

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«La soledad no deseada vino con la pandemia y se ha quedado. La población de los pueblos y en la diócesis está cada vez más envejecida». Cáritas impulsa el proyecto ‘Estoy contigo’ con la colaboración de las parroquias y la pastoral de la salud.

La soledad no deseada en España cuesta 14.141 millones de euros anuales, lo que representa el 1,17% del Producto Interior Bruto (PIB) en España. Los costes por la frecuentación de los servicios sanitarios se elevan a más de 5.600 millones de euros anuales, y los del consumo de medicamentos son 495,9 millones.

En conjunto, los costes sanitarios equivalen al 0,51% del PIB. Así lo refleja el reciente informe publicado por el Observatorio Estatal de la Soledad no Deseada , que recoge datos del año 2021. El estudio calcula la pérdida de productividad —8.000 millones—, los costes anuales intangibles por la reducción de la calidad de vida—un millón de euros— y la reducción de años de vida con salud en un 2,79% de la población mayor de 15 años.

Las organizaciones no gubernamentales y las instituciones sociales se han dado cuenta de que la soledad no deseada empieza a adquirir un riesgo social y sanitario de gran magnitud y buscan implicar a toda la sociedad para colocarla en un lugar prioritario en la agenda de actuación.

‘Estoy contigo’ es uno de los últimos programas puestos en marcha por Cáritas de León, impulsado durante la pandemia y que ahora se actualiza para llegar a más personas.

Es una iniciativa de acompañamiento telefónico a personas mayores que están solas, que Cáritas actualiza a través del voluntariado de las parroquias y la pastoral de la salud.

El coordinador es Jesús Crespo, el sacerdote permanente que trabaja en el Hospital de León, y cuenta con la colaboración del hematólogo Fernando Escalante y el diácono Miguel Lescún. Son los ojos, la antenas que están pendientes de detectar en las camas del Hospital de León si un paciente que ingresa se encuentra solo, sin apoyo de una red familiar o de amistad, no solamente durante la hospitalización sino cuando recibe el alta.

Ya tienen localizadas a 25 personas en esta situación y el objetivo es ampliar. Cáritas recupera el sencillo método de llamar por teléfono, preguntar, charlar y escuchar de una manera activa. Es el personal voluntario el que marca el número, toma parte activa en el proceso, y se interesa por el estado y las necesidades de las personas a las que han acompañado durante el ingreso hospitalario. «El acompañamiento continúa después del alta a través de la comunidad parroquial y el teléfono como vehículo».

Pero faltan muchos más. Cáritas insta a las personas que se encuentren solas en los pueblos a que se pongan en contacto con las parroquias o llamen al teléfono 691 599 895. Al otro lado del teléfono están Lescún y Escalante. «Con la pandemia han desaparecido los grupos de voluntariado de la pastoral de salud en los pueblos. Ha sido catastrófico. Las personas que detectemos que están solas se les atenderá y se les otorgará una tarea diaria, para que trabajen por la comunidad y buscarles la mejor opción de ayuda, si la necesitan. Todo el engranaje de Cáritas se pone a disposición de las personas que se sientan solas. Personas mayores, solas, sin familia. Contactamos con ellos durante las visitas que hacemos a las habitaciones», asegura el diácono Miguel Lescún.

En el programa colaboran el servicio de Enfermería y las asistentes sociales del centro hospitalario. «Detectamos casos de personas que no reciben ninguna visita durante sus ingresos hospitalarios y las causas son múltiples, bien por problemas familiares y los hijos no se hacen cargo o no pueden por trabajo. Vivimos en una sociedad en la que se ha instalado la creencia de que cada uno tiene que valerse por sí mismo y no se atreven a pedir ayuda a nadie».

El hematólogo Fernando Escalante, al frente de la pastoral de la salud, cree que la soledad no deseada ha aumentado por la pérdida del sentimiento de comunidad. «La colaboración entre vecinos y el número de personas voluntarias se han debilitado. tenemos que reinventar la escucha y la cercanía».

El informe del Observatorio Estatal de la Soledad no Deseada constata que organizaciones que trabajan en la atención a las personas, así como los estudios realizados, destacan que la soledad repercute de forma negativa en el estado anímico, en la satisfacción de las necesidades vitales, en la relación con el entorno, en el acceso a los servicios comunitarios de apoyo, en la seguridad y, en definitiva, en su calidad de vida.

«Constituye un factor de riesgo para la salud mental, para patologías como la depresión y la ansiedad, entre otras. También es un factor de riesgo para la salud física, favoreciendo, por ejemplo, la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares. Diferentes investigaciones confirman también un mayor riesgo de muerte prematura entre las personas que se sienten sola. «Visito las habitaciones de cuidados paliativos y los pacientes me cuentan conflictos familiares por herencias, relaciones rotas de años, y piden despedirse de ellos. La salud espiritual hace mucho beneficio en la salud física», relata Miguel Lescún.

«Hay que ayudar, escuchar sin juzgar ni dirigir. Las personas necesitan hablar y no tienen con quien. Si estás solo y no tienes a quien llamar vives menos», asegura Escalante.

Las causas

El informe del Observatorio Estatal señala que el 79,1% de las causas de soledad están relacionadas con causas externas, siendo las más importantes la falta de convivencia o apoyo familiar o social (el 57,3%): por la residencia lejana de sus familiares (11,9%); dejar de convivir con las personas con las que convivía habitualmente (10,5%); y la incomprensión de la gente que le rodea (8,2%). Las causas laborales representan un 11,1% de las causas totales y el exceso de trabajo es la principal causa laboral de su soledad (6,2%). Los dos últimos grupos de causas externas son por motivos de aislamiento debido al entorno (8,6%) y a ejercer de cuidador/a de otras personas (2%).

Respecto a las causas internas o intrínsecas a la persona, la dificultad para relacionarse con los de más representa el 12,7% del total de las causas declaradas, y la soledad derivada de un mal estado de salud representa el 6,4%. De estos últimos, un 1,4% identifica que su soledad está motivada por tener una discapacidad.

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