Diario de León

Hermandad de Donantes de Sangre: «La administración nos infravalora, somos potentes y necesarios»

-Más de 30.000 personas  participan cada año en las distintas actividades que organiza la Hermandad de Donantes de Sangre de León. En la suma no están los pacientes de León, que consumen 14.000 bolsas al año.

Rosa Gómez Gallego, Inmaculada Benéitez, Manuel Ballesteros, Martín Manceñido y Concepción García. FERNANDO OTERO

Rosa Gómez Gallego, Inmaculada Benéitez, Manuel Ballesteros, Martín Manceñido y Concepción García. FERNANDO OTERO

León

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Más de 16.000 donantes de sangre activos en la provincia y 30.000 personas  que participan cada año en algunas de las actividades que organiza en León la Hermandad de Donantes de Sangre, un trabajo diario para llegar a todos los rincones de la provincia. El objetivo es no desaprovechar ni una sola gota de sangre de personas solidarias que extiendan su brazo para cubrir las reservas que necesitan los hospitales para curar y mejorar la calidad de vida de los pacientes que necesitan transfusiones por intervenciones quirúrgicas o por enfermedades de la sangre.

Martín Manceñido es la cara más visible de una institución con más de medio siglo de existencia, una de las más respetadas  por la ciudadanía, un trabajo que le ha valido varios reconocimientos, entre ellos el Premio Diario de León al Desarrollo Social y los Valores Humanos , concedido por el jurado en el año 2022. «Ese reconocimiento fue un espaldarazo muy importante a nuestra labor. En los días siguientes se incrementaron un 25% las donaciones de sangre, lo que permitió cerrar el año un 8% de aumento de medio, mientras que la media de la Comunidad estuvo en el 1%».

Para el equipo de personas que trabaja ‘en la sombra’ dentro de la Hermandad, Martín Manceñido es la referencia siempre presente. «Acapara casi todo el trabajo, siempre está ahí». Pero la engranaje de esta gran infraestructura sanitaria, aunque no esté dentro de la red asistencial, trabajan muchas más personas.

Manceñido ha seleccionado a parte de su junta directiva y una delegada para que aparezcan en la fotografía del equipo menos visible habitualmente. Cuatro puntales que representan a todo un colectivo humano que dedica su tiempo para dar a las personas enfermas una oportunidad para vivir. Junto a Manceñido, aparecen Concepción García Sánchez, delegada en Ciñera de Gordón; Manuel Ballesteros, vocal de la junta directiva; Rosa Gómez Gallego, vicepresidenta; e Inmaculada Benéitez, vicepresidenta  y técnico. Benéitez es la única contratada en la Hermanad. «El resto, todos cobramos lo mismo, nada».

Concepción García pone voz a los 106 delegados en activo —170 si se cuentan los que están en los pueblos pequeños y realizan trabajos puntuales—. «En los pueblos hay cada vez menos gente. En algunas zonas ya no se hacen colectas y se concentran todas en los pueblos con más habitantes, a los que pueden acudir los  vecinos del alrededor».

En  veinte años ha donado sangre medio centenar de veces. «Estamos en contacto prácticamente todas las semanas. Los delegados somos los que organizamos en nuestro ámbito todas las actividades que programa la Hermandad. Ahora, por ejemplo, me toca vender la lotería». 

Martín Manceñido muestra la «preocupación» por lo que considera «una actitud en contra del asociacionismo de la administración». Concretamente se refiera al Centro de Hemoterapia y Hemodonación de Castilla y León. «Nos minusvaloran» — afirma— «quieren quitarnos poder. Sólo nos facilitan datos genéricos de donaciones y las Hermandades los necesitamos detallados. Tenemos que estar cerca de los donantes, tener un contacto directo, agradecerles y reconocerles el esfuerzo, como hemos hecho siempre. Los datos se los facilitamos nosotros y ahora se agarran a la Protección de Datos para no compartirlos con las Hermandades. Hemos hecho una consulta y nos dicen que no  tiene sentido. Hay una tendencia a minusvalorarnos y a que la administración se considera autosuficiente. En las nueve provincias hay preocupación. Si no nos dan recursos económicos yo los conseguiré. No pueden deshacer una estructura tan potente y necesaria y no nos van a quitar la ilusión de hacer lo que procede, lo que nuestros estatutos fijan».

La Hermandad de Donantes de Sangre de León maneja un presupuesto anual de 65.000 euros, de los que 60.000 proceden de la Junta de Castilla y León y otros 5.000 de los 26 ayuntamientos  colaboradores de la provincia.

«La Diputación nos quitó la subvención de 13.000 euros anuales en la última legislatura, muy necesarios para desarrollar actos en los pueblos. También la eliminó en El Bierzo. Si queremos que haya donaciones tenemos que están muy en contacto con la gente. Es la primera vez que pasa en los 51 años de existencia de la Hermandad. Intervención nos dijo que duplicábamos algunos gastos con lo que concedía la Junta, pero no es cierto. Todo  nuestro presupuesto va para lo mismo, actividades, merchandising, placas y medallas para los grandes donantes, folletos, revista, organización de actos en los pueblos... es muy difícil separar ciertos gastos y contabilizarlos por separado. A veces piden imposibles», asegura Inmaculada Benéitez, vicesecretaria y única contratada. «Antes estábamos tres, pero ahora sólo quedo yo». Su trabajo consiste en organizar las colectar, atender a los donantes, programar las charlas... «todo el papeleo de oficina, promoción, estadísticas, contabilidad y subvenciones».

Para Manceñido «una persona imprescindible, es la garantía de que todo marche en orden». Es la única que mantiene un contacto diario y directo con el presidente, que todos los días se pasa por la sede. Su horario es de 08.00 a 15.00 horas.  «Antes abríamos también por la tarde, cuando se podía donar aquí en las oficinas, pero ahora no», recuerda Benéitez.

La evolución tecnológica ha facilitado y reorganizado el trabajo diario. «Hace unos años teníamos que mandar 15.000 cartas y revistas a los donantes», recuerda Manuel Ballesteros, vocal en la junta directiva. A sus 79 años de edad ya no puede donar sangre. Pertenece a la hermandad desde los años 70. «He colaborado desde siempre, como mi mujer, Ángela Fraile, que es vicetesorera. Un vocal colabora en  todas las actividades. Tenemos funciones limitadas y nuestra labor es la de actuar y divulgar, un trabajo administrativo, siempre disponibles cuando se nos necesita como enviar carnés, organizar eventos y ferias y acompañar al presidente en los actos sociales y las charlas. La digitalización ha evitado mucho papeleo». 

La junta directiva de la Hermandad está formada por doce miembros que tienen una media de edad de 55 años. La persona de mayor edad es Manuel, con 79, y la más joven es Laura Luengo, también vocal, que tiene 25 años. A los doce miembros de la junta directiva se suman otros quince vocales destacados en la universidad, empresas, instituciones y ejército. «En todas partes hay que tener un contacto al que se le envían los carteles y los correos cuando se organizan actividades en ese entorno».

Rosa Gómez Gallego es la vicepresidenta. «Hago poco porque Manceñido hace mucho», dice. Lleva en la junta directiva doce años como vocal y dos como vicepresidenta, de los 25 años que colabora con la Hermandad con una veintena de donaciones de sangre en ese tiempo.

«Acompaño a Manceñido cuando puedo. También pertenezco a la junta directiva de la asociación del Camino de Santiago, que va a renovar su directiva, por lo que podrá dedicar más tiempo a los donantes de sangre. Con Manceñido tenemos un contacto casi todas las semanas. Ha cambiado mucho la relación con la administración, que no responde como debiera porque el sistema ha cambiado mucho, la digitalización lo ha cambiado todo y el mensaje que reciben los donantes es muy frío».

Manceñido no descarta que esta relación cada vez menos directa «puede que repercuta en que las donaciones no suban más. El contacto directo es importante. Estamos machacando todos los días, pidiendo a las personas que donen sangre y tenemos que estar cerca de ellos. Propusimos a la Diputación firmar un convenio, como tienen otras hermandades como las de Zamora, Salamanca, Valladolid y Burgos, pero nos lo denegaron. Somos la asociación más numerosa de la provincia, la que más presencia y extensión tiene en el medio rural».

El 31% de las 12.944 donaciones que se realizan en el año 2022 se realizaron en los pueblos. Las mayores colectas se recogen en el punto fijo de donación, que está en el centro de salud José Aguado, con un 42%. El resto se reparte entre las salidas a la Plaza de San Marcelo (el 12%), universidad y centros de enseñanza (5%); instituciones públicas (4%); centros comerciales (3%); asociaciones y empresas (2%) y cetros militares (1%). El 27% de los donantes tienen entre 46 y 55 años. 

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