Diario de León

Las mascotas leonesas dan trabajo a San Antón

Lleno en la plaza de San Marcelo para recibir la bendición del patrón de los animales

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León

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La bendición de San Antón ha congregado en la plaza de San Marcelo de León a cientos de personas con sus mascotas . En su mayoría perros, pero también cobayas, algún gato y no faltaron los pajarillos que ya cantan desde las ramas de los árboles cercanos.

La primera fiesta de San Antón desde que entró en vigor la Ley de Protección y Bienestar se celebró en León por todo lo alto. Más animales que nunca, de un censo de más de 9.000 perros en la ciudad, sin contar otras mascotas, acudieron a la bendición. Lo que el santo lleva haciendo desde tiempo inmemorial, proteger a los animales, ahora está escrito en una ley. 

Con ambiente festivo y ladridos de alegría, y también de estrés por el gentío, el Colectivo Xeitu abrió el acto tras la misa en la iglesia de San Marcelo con el canto del Ramo a San Antón, seguido por las coplas y refranes que entonó magistralmente Manuel Ferrrero.

Muchas mascotas acudían por primera vez a la bendición. San Antón era la estrella y Star, la mascota de Antón, fue el primero en recibir la bendición en brazos de su dueño. Este perro de raza pomeraña conquistó la sonrisa del santo con el saludo de sus patitas. 

Tiene siete años y es una fuente de felicidad, amistad y cariño para su Antón. «Hace dos años casi lo pierdo en Nochevieja porque se atragantó con su lengua debido al miedo a los petardos», comenta. Ahora le pone música con cascos para evitar e estrés. Más espacios para los perros y jardines para mascotas con fuentes y juegos pide Antón, el de Star. 

Una manada de Husky y Draco que acercó el Club Mushing León tuvo preferencia en la bendición para no prolongar más su impaciencia ante la idea de seguir parados en la plaza. «Cuando tienen su traje, quieren salir a correr». El club, que cuenta con unas 40 personas asociadas, practica este deporte tanto en las modalidades de sprint como en travesía. En dos semanas tendrán oportunidad de mostrar sus cualidades sobre la nieve en Vegarada. 

Las mascotas son seres con derechos en la vida de la ciudad. Muchas fueron las personas que se estrenaron este domingo en la bendición de San Antón, como Antonella una niña de cinco años que acudió con Lanita, una perra de cinco meses que le trajo Papá Nöel, con el encargo de que la «cuidara mucho». Es pequeña y «marroncita» como pidió la niña. 

Con Kovayis en su pequeña jaula acudieron a la bendición Enrique y su familia. «Quiero que se haga famosa», dijo el niño de ocho años que elegió tener una cobaya como mascota mientras buscaba hamsters. «Quise tener un roedor porque mi padre es alérgico a perros y gatos». No pudo tener un perro, pero «si mi padre no fuera alérgico, apostilla el niño, no hubiera conocido a esta cobaya que para mí es la mejor del mundo».

Kovayis corretea mucho por casa y hay que prestarle atención porque no tiene a otros amigos de su misma especie. «Corretea mucho y come mucho, sobre todo verduras, pero no lechuga de iceberg y el agua hay que dársela del grifo», asegura Enrique. Además, «siempre tiene que tener heno disponible».

Piedad también llevó por primera vez a que su perrita Anka recibiera la bendición. Su minipincher, bien abrigada porque «es muy friolera», tiene ya ocho años. «Me hace ilusión que la bendigan. Lo vi anunciado y me animé a venir. El año pasado me enteré cuando estaban aquí y no me dio tiempo ir a buscarla».

La mascota «me hace mucha compañía, siempre sale a saludar y es un miembro más de la familia». Al ser de un tamaño casi minúsculo, «es muy manejable y ya hay muchos sitios donde puedo entrar con ella». El tamaño, sin embargo, es un inconveniente para que pueda disfrutar de los nuevos espacios cerrados de alivio canino del municipio. «No hay muchos espacios para perros y en los cerrados los perros son muy grandes y estos pequeños no pueden estar».

Sia, una Golden Retriever, también estrenó la bendición de San Antón a las puertas de San Marcelo, junto a Coco, un perro nuevo en la familia. Sia tiene cinco años y es la segunda mascota de la misma raza que vive con Marta. Esta ciudadana pide que se tenga en cuenta a las mascotas en la ciudad, pero sobre todo recuerda a los propietarios que «tienen que ser muy responsables». «El perro nunca es sucio», apostilla. «Es el propietario el sucio, los perros aprenden lo que se les enseña», subraya.

Lugares donde puedan correr y que perros del tamaño de Sia puedan entrar a establecimientos públicos, son algunas de las sugerencias de Marta para una vida más amable para las mascotas y sus dueños en León. No son caprichos, ni postureo. «Me aporta muchísima compañía; no se sabe lo que es y  el apoyo que te dan hasta que no vives con ella en casa».

Zeus, un perro chou chou, que también se estrenó en San Antón destacaba por su melena y pelo rojizo. Más parecía un león en pleno centro de León.

Su dueña, Andrea, es la primera vez que tiene una mascota en casa y eligió esta raza de origen chino porque le encandiló desde el primer momento. Frente a quienes le ponen la etiqueta de revoltoso, o incluso peor, este chou chou leonés es «de lo más bueno», asegura la joven.  

Andrea pide que no se discrimine a perros que pesan más de 10 kilos, como el suyo, para acceder a algunos centros comerciales «a pesar de lo que dice la ley». «Hacen menos daño que las personas», sentencia. 

A la bendición también han acudido familias caninas, como Nanuk y Lilo, padre e hija, con muy poca diferencia de edad pero con los ojos idénticos de distinto color. Nauk es un husky siberiano «muy físico, que no se cansa de correr», dice María. Lilo, de dos años, es una mezcla de husky y pastor alemán. También es «muy física pero menos sociable», asegura Edu. La pareja acudió a la plaza de San Marcelo para con ilusión «para que les bendigan y nos duren mucho». No piden mucho más porque «León está bastante bien dotado para las mascotas, hay muchos lugares para perros», Nanuk y Lilo, ambos nombres famosos de pelis, les aportan «desconexión, amor, fidelidad...».

Perros jóvenes y mayores, mestizos y de raza. Y también perros que han sufrido el abandono acudieron a la bendición. Sandra. una de las voluntarias de acogida permanente de la Protectora de Animales y Plantas de León, acudió con Edna, una perra ya mayor a la que acoge desde hace dos años. «Los perros mayores no tienen las mismas oportunidades y están deseando tener una cosa», comenta.

Hay unas 14 personas en León que aportan su grano de arena al cuidado de los animales como casas de acogida permanentes, pero «hacen falta muchas más», apostilla Sandra. Edna acabó en la Protectora porque su dueño también se hizo mayor y no podía hacerse cargo. Ayudar a estos perros es ayudarse. «Yo pensaba que iba a hacerle un favor a ella y al final es ella la que me da más a mí». Recibe «compañía, gratitud, amor» a cambio de lo que también considera «una buena obra». Sandra recuerda a quienes abandonan y maltratan a los animales que «son seres vivos y tienen emociones».

«Un abandono les afecta», subraya. «Cada vez que montaba con Edna en el coche se ponía a llorar porque pensaba que la iba a llevar a la Protectora». Las mascotas, añade, «entran tu casa y se convierten en un miembro más de la familia. Hay que atender sus necesidades, como si fueran niños». 

Aunque no presencialmente, la perra Paca  también estuvo presente entre la multitud que acudió a la bendición de San Antón. Una serie de carteles con su foto fueron colocados en las vallas que separaban al público del espacio reservado para la bendición para recordar que su dueño, el artista callejero Salvador Armesto, está en lucha para recuperar a su mascota, confiscada por la Policía Municipal el 23 de diciembre a raíz de un decreto municipal y entregada en custodia a la Protectora.

Con la leyenda de 'Se busca', una performance que recuerda a los carteles de busca y captura de los forajidos del oeste americano, se quiere llamar la atención sobre la incertidumbre del paradero de esta perra. Aunque el decreto municipal no es firme, porque hay posibilidad de recurso tanto de reposición como contencioso-administrativo, la Protectora, que gestiona un servicio público a través de un contrato con el Ayuntamiento de León, habla en redes sociales como candidata a adopción.

 

 

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