Diario de León

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Palacios, Winemaker del año

Álvaro Palacios recogió ayer en Nueva York el premio al mejor Bodeguero del Año en el mundo, de Wine Enthusiast. Y confesó que aspira a convertir en míticos sus nuevos vinos del Bierzo

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Roberto Arias - ponferrada
Ponferrada

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El bodeguero Alvaro Palacios recibió ayer un cálido homenaje de productores y expertos de EE.UU. al recoger el premio «Bodeguero del Año» de la revista Wine Enthusiast y reiteró que lo importante para él no son las cifras sino «transmitir emoción» con sus vinos, entre los que despunta ahora internacionalmente, el Corullón, su mencía de la Denominación de Origen Bierzo, que ha elaborado en Villafranca junto a su sobrino Ricardo Pérez Palacios. «No somos bodegueros de cifras, sino de emoción, de hacer vinos que lleguen al corazón y que despierten las emociones», resaltó Palacios en declaraciones a Efe, con motivo del a entrega del galardón en el Museo de Historia Natural de Nueva York. Durante la pasada década, este joven riojano pasó de ser casi un desconocido en EE.UU. a estar considerado como uno de los bodegueros más importantes e innovadores de la España actual. Sus vinos, ya sean de las fincas del Priorat catalán, del Bierzo leonés o de la Rioja Baja, están presentes en los principales restaurantes de las grandes ciudades de Estados Unidos y reciben altas calificaciones por parte de publicaciones y expertos. Este premio y otras distinciones como la que le tributó la revista Wine Spectator, en 2002, al dedicarle siete paginas en su número de septiembre, «son el reconocimiento a una trayectoria», dijo Palacios. En ella los expertos estadounidenses valoran el esmero en la selección de terrenos y uvas, la ambición por conseguir vinos nuevos y de calidad y el esfuerzo por darlos a conocer en todo el mundo, todo ello con un carácter innovador y de asumir riesgos, algo muy valorado en este país. Palacios afirmó que en España hay una generación importante de jóvenes bodegueros y que «las cosas se están haciendo bien», pero consideró que aún son pocos los que muestran una «ambición» como la suya. «No me refiero a una ambición personal, sino de proponerse infectar las cartas de los restaurantes de elite de vinos españoles. Hay que cautivar al público extranjero y dejarse la piel en el avión. Eso no lo veo aún. Creo que falta una generación más, esa en la que los padres han hecho que sus hijos aprendan inglés», recalcó. Palacios ha sido un pionero en eso y recuerda con emoción como su padre José, fallecido hace unos años, le mandó a formarse a Burdeos y a Napa Valley, y a asistir a convenciones de expertos en el extranjero apenas cumplidos los 20 años. Explicó que vende directamente en 45 países y que a EEUU llega cai el 35 % total producido, con un precio de venta al público entre los 25 dólares y los 70. Su nuevo reto es llegar a tener una presencia importante y lograr el reconocimiento en el mercado inglés de algunos de sus vinos como «clásicos». «Mi objetivo es que L'Ermita, del Priorato, o La Faraona del Bierzo, sean considerados clásicos un día. Pero para eso me faltan unas veinte añadas más».

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