El músico del futuro Rey

Realizará una función vital el próximo sábado, durante la boda del Príncipe Felipe y Letizia Ortiz y, sin embargo, será una de las pocas personas que permanecerá en la catedral de la Almudena y no presenciará el enlace. De espaldas a la concurrencia, el astorgano Roberto Fresco ofrecerá una hora y cuarto de música de órgano que comenzará cuarenta y cinco minutos antes de la ceremonia. Por expreso deseo de la Casa Real, el repertorio se centrará en música española antigua: piezas de Sebastián Aguilera de Heredia, Pablo Bruna o Juan Cabanilles, que dejarán paso al Himno Nacional de España cuando entren en el templo el Rey Juan Carlos y el contrayente, y al Concierto para Órgano y Orquesta op. 7 nº 3 de Haendel cuando la novia acceda a la iglesia. El organista tocará durante otros treinta minutos una vez que los nuevos esposos hayan abandonado la catedral y acompañará también determinados momentos de la liturgia. Fresco aseguró que el órgano de la catedral «admite casi todo el repertorio organístico» y admitió que la preferencia de la Casa Real por la música española «quizás desaprovecha las posibilidades del instrumento, aunque es lógica la elección al tratarse de la boda del heredero de la Corona», apuntó. El joven, de 36 años, sabe desde antes de Semana Santa que la Casa Real le confiaría tan importante cometido. Desde entonces ha dedicado incontable tiempo a preparar su actuación, labor a la que se ha dedicado en exclusiva durante el último mes, con una media de siete horas diarias. Fresco aseguró que «personalmente, es emocionante participar en un acto único e irrepetible, y profesionalmente es un reto, porque será retransmitido a todo el mundo». Su novia, Marta Serna, también organista, será sus ojos y sus manos: le indicará cada momento de la ceremonia para que interprete cada una de las piezas y le ayudará con los registros y con las hojas del libreto. Fresco, organista titular de la catedral madrileña desde hace dos años, confirmó que el templo estaba ayer «literalmente tomado: hay más de cien personas trabajando dentro, entre el acondicionamiento y la decoración, el montaje, la seguridad o la televisión», indicó. El joven, que comenzó su formación musical en su ciudad natal y ha desarrollado una intensa actividad concertística en Europa, América Latina, Estados Unidos o las Islas Filipinas, admitió sentir la tensión previa a cualquier concierto, que puede verse acrecentada por la circunstancias especiales que concurren en su actuación del sábado.